En los últimos cinco años, Chile se ha visto enfrentado a lo menos cinco fenómenos naturales que han puesto a prueba la capacidad de responder ante la emergencia, restablecer servicios, satisfacer necesidades básicas y la reconstrucción de ciudades. De manifiesto ha quedado nuestra incapacidad para hacer frente a las emergencias en el corto plazo, ya sea por la ineficiencia de las entidades que administran los recursos o a la falta de los mismos.