La incorporación de estas herramientas ayuda a anticipar la demanda o riesgos operacionales, optimizar recursos y reducir la huella de carbono. Para Interborders, el futuro de la logística está en lograr un equilibrio entre la tecnología y el capital humano.
La eficiencia, la agilidad y la resiliencia se han convertido en la base para el buen funcionamiento del sector logístico, debido a los constantes cambios a los que las empresas se deben adaptar por el actual contexto global donde las interrupciones en la cadena de suministro son frecuentes por factores geopolíticos, climáticos, sanitarios, entre otros. Estos nuevos desafíos para la industria logística han provocado una evolución hacia el uso de nuevas tecnologías con el propósito de proteger la continuidad operativa.
Dentro de esta transformación, en 2026, la digitalización, la automatización, y la sostenibilidad serán las principales tendencias logísticas globales, permitiendo mejorar la competitividad del sector. La incorporación de estas herramientas ayuda a anticipar la demanda o riesgos operacionales, optimizar recursos y reducir la huella de carbono.
Según el estudio “State of Logistics 2024”, desarrollado por SimpliRoute, el 46,15% de las empresas chilenas encuestadas, asegura estar abierta a adoptar nuevas tecnologías. Con respecto a la sostenibilidad, el 38,46% de los participantes, reveló que colaborará con los transportistas sostenibles y el 35,90% está dispuesto a integrar prácticas de logística inversa para reducir residuos.
Esta nueva perspectiva redefine el rol del capital humano dentro de la logística. Por ejemplo, con el uso de sistemas automatizados, los equipos se convierten en intérpretes clave de los datos para la toma de decisiones estratégicas.
Eduardo Becerra, Branch Manager de Interborders Chile, explica que “para nosotros, el futuro de la logística está en lograr un equilibrio entre la tecnología y el factor humano. La digitalización es clave para optimizar procesos, así como, el seguimiento de carga, descarga de documentos o gestión de facturas. Sin embargo, no se debe perder de vista el contacto directo con el cliente. La tecnología facilita la visibilidad y la inmediatez, pero son las personas quienes determinan qué información es relevante, qué riesgos priorizar y qué acciones tomar ante un escenario cambiante como el que enfrentamos a diario”.
“Muchos exportadores e importadores valoran poder hablar con una persona, resolver dudas o recibir asesoramiento personalizado. La tecnología debe facilitar, no reemplazar esa cercanía. En ese sentido, la clave está en lograr un modelo mixto, donde la automatización simplifique la gestión optimizando cada operación, pero que el vínculo humano se mantenga como eje de la experiencia”, comenta Becerra.
En cuanto a la sostenibilidad, la logística verde es un eje relevante para la industria, las empresas están apuntando a soluciones que permitan reducir el impacto de la cadena de suministro. En Chile, la conciencia ambiental ha crecido con fuerza, el consumidor es más consciente, exige envases reciclables, prefiere empresas sostenibles y valora la trazabilidad ambiental de los productos.
En el sector logístico, “las compañías ya incorporan prácticas sostenibles como aerolíneas con flotas de menor emisión, uso de combustibles verdes como el biodiésel, rutas más directas, consolidación de cargas y optimización del transporte para disminuir el impacto ambiental. Nuestra visión es acompañar este proceso promoviendo una logística responsable, que combine eficiencia y sostenibilidad. Nos interesa trabajar con proveedores y aliados estratégicos que compartan ese compromiso, ayudando a reducir la huella de carbono, y cuidando el planeta mientras mantenemos la efectividad operativa”, destaca.
Mercado logístico chileno
En 2026, Chile atravesará un contexto político y económico particular, habrá un nuevo Gobierno a partir de marzo. Esto podría generar una leve contracción o prudencia temporal en algunos sectores productivos en cuanto a las exportaciones e importaciones como, por ejemplo, en la construcción o la electrónica. Igualmente, el país cuenta con una economía sólida, diversificada y con recursos propios, lo que le permite sostener la estabilidad general inclusive en escenarios de transición. A nivel regional, esta estabilidad es una gran ventaja para competir en el mercado global.
“El mercado logístico chileno se encuentra competitivo y ajustado, con márgenes más estrechos y un entorno de negociación exigente. Desde Interborders, la estrategia será mantener la flexibilidad y la cercanía con los clientes, negociando con líneas y socios logísticos para ofrecer condiciones competitivas, operaciones optimizadas según sus necesidades y garantizar la continuidad operativa en todo momento”.














































