El Black Friday se ha consolidado como uno de los eventos más esperados del comercio electrónico, pero también como una oportunidad para repensar nuestra relación con el consumo digital. Más allá de las ofertas y el volumen de ventas, el desafío está en avanzar hacia un comercio más sostenible y responsable.
Como industria tecnológica, debemos comprender que la sostenibilidad no solo tiene una dimensión ambiental, sino también digital y social. En el caso de las plataformas de pago, esto implica optimizar los recursos tecnológicos, reducir la huella energética y reforzar la seguridad y la educación del consumidor. Comprar por internet debe ser sinónimo de confianza, no de riesgo.
Los usuarios valoran cada vez más la comodidad, la rapidez y el acceso que brinda el comercio online, pero también esperan transparencia y protección. Un Black Friday más consciente no busca frenar el entusiasmo de comprar, sino canalizarlo hacia decisiones más informadas y responsables.
En Flow creemos que el futuro del e-commerce no está solo en vender más, sino en hacerlo mejor: con tecnología eficiente, seguridad y un compromiso real con la sostenibilidad digital.















































