Chile se ha consolidado como uno de los líderes latinoamericanos en electromovilidad. Durante 2024, se comercializaron alrededor de *4,500 vehículos eléctricos*, un crecimiento interanual cercano al *183%*^1. Además, el país opera una de las flotas de *buses eléctricos más grandes del mundo*, especialmente en Santiago, lo que ha generado experiencia técnica, capacidades locales y un marco regulatorio robusto.
A pesar de este liderazgo, la electrificación del transporte de carga refrigerada avanza lentamente. El segmento continúa dependiendo del diésel, aun cuando su operación urbana intensiva genera altos niveles de ruido, consumo energético y emisiones en ciudades densamente pobladas.
En Chile, la creciente participación de las energías renovables en la generación eléctrica del país alcanzó en 2019 el 20%, con una producción de 12,915 GWh anuales. Esto ha hecho que un vehículo eléctrico actualmente emita hasta 3 veces menos GEI que uno a combustión equivalente. Es más, si la electricidad que utiliza un vehículo eléctrico proviene en su totalidad de generación con energías renovables, entonces ese vehículo eléctrico tendría un ciclo de funcionamiento cero emisiones.^2
“Hoy es necesario movernos hacia una logística en carga refrigerada con enfoque sustentable, ya que contribuiría significativamente a reducir la huella ambiental de las ciudades chilenas. Las flotas refrigeradas, por su alto consumo energético y operación intensiva en zonas urbanas, deben estar en el centro de esta transformación/”, afirma José Carlos Gómez, director de Ventas LAR Norte de Thermo King, empresa especializada en soluciones para el transporte refrigerado.
*Electromovilidad: qué es y que falta en Chile para avanzar hacia un transporte refrigerado sustentable *
La electromovilidad consiste en la adopción de tecnologías de transporte basadas en energía eléctrica en lugar de combustibles fósiles. Para la industria de alimentos, esto se traduce en unidades refrigeradas eléctricas capaces de mantener la temperatura óptima de perecederos —como lácteos, cárnicos, bebidas o alimentos preparados— sin contaminar el entorno.
La cadena de frío es uno de los componentes más intensivos en consumo energético dentro de la logística. Los sistemas de refrigeración que operan con diésel para conservar alimentos <https://news.lrmcomunicaciones.cl/l/5vaPEy2TlGZs5iXKZpcyQw/J7zQsOn09x0PVt4Sb7UnWA/lypkzgdyqEjVVMCsd763Gb892Q> y otros perecederos generan una proporción significativa de las emisiones del transporte terrestre. Sustituirlos por sistemas eléctricos es, en principio, la solución más directa, pero también una de las más complejas.
Chile posee uno de los marcos regulatorios más avanzados, pero enfrenta retos específicos: electrificación de la carga pesada, disponibilidad comercial de unidades frigoríficas eléctricas, infraestructura de carga para flotas operativas y acceso a financiamiento especializado.
“/El reto, por tanto, no es solo tecnológico: es de planeación, financiamiento y visión/”, agrega el directivo de Thermo King.
*Electromovilidad como ventaja competitiva*
El auge del /nearshoring/ está impulsando una transformación en la logística regional, donde la sustentabilidad se convierte en un criterio clave para competir. Para la industria alimentaria, donde los estándares de inocuidad, trazabilidad y eficiencia son cada vez más altos, la adopción de tecnologías
eléctricas <https://news.lrmcomunicaciones.cl/l/5vaPEy2TlGZs5iXKZpcyQw/kvlUCAXQdirs7634SpB58MsQ/lypkzgdyqEjVVMCsd763Gb892Q> permite reducir emisiones, disminuir los costos operativos, asegurar el cumplimiento regulatorio, acceder a incentivos y fortalecer las ventajas competitivas frente a estándares ESG cada vez más estrictos.
Estas tecnologías no solo reducen emisiones: ofrecen ahorros operativos, menor mantenimiento y operación silenciosa, clave para entregas urbanas nocturnas. Entre las principales innovaciones clave para el transporte de alimentos refrigerados destacan:
- Sistemas de refrigeración eléctrica de cero emisiones*, con capacidad de
mantener temperaturas precisas sin necesidad de motores diésel. - Baterías de alto rendimiento* que eliminan emisiones contaminantes y
permiten operación continua durante todo el trayecto. - Tecnologías de operación silenciosa*, ideales para entregas nocturnas en
entornos urbanos sin generar contaminación acústica. - Sistemas de energía auxiliar eléctricos*, que proporcionan autonomía sin
consumo de combustible, mejorando el confort del operador. - Modelos logísticos escalables y adaptables*, compatibles con esquemas de
financiamiento verde y certificaciones ambientales. - Acceso a programas de incentivos internacionales*, que apoyan la adopción
de tecnologías limpias y reducen barreras de entrada.
Estas innovaciones apuntan hacia una *cadena de frío más eficiente, silenciosa y sustentable*, capaz de responder a las nuevas exigencias del comercio internacional y de reducir la huella ambiental del transporte con temperatura controlada.
“/La electromovilidad en Chile representa uno de los cambios más significativos en la historia del transporte de productos sensibles a la temperatura como alimentos. No se trata solo de sustituir motores diésel por baterías, sino de repensar toda la cadena de valor logística bajo un enfoque de eficiencia y sustentabilidad/”, concluye Gómez.
Fuente: ^1 Informe del mercado automotor 2024 <https://news.lrmcomunicaciones.cl/l/5vaPEy2TlGZs5iXKZpcyQw/wD4BkEuPTMwrUK1wIZ716Q/lypkzgdyqEjVVMCsd763Gb892Q>
^2 Plataforma de Electromovilidad en Chile <https://news.lrmcomunicaciones.cl/l/5vaPEy2TlGZs5iXKZpcyQw/mSzWw8klfvLzx8CzEh892ddw/lypkzgdyqEjVVMCsd763Gb892Q>













































