El ministro Juan Carlos Muñoz repasa los avances, desafíos y oportunidades que marcaron estos cuatro años encabezando la cartera de Transporte y Telecomunicaciones en su participación en la celebración anual de ALOG y proyectó una convicción: la logística debe convertirse en una política de Estado para que Chile pueda competir, integrarse y crecer.
Liderar el Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones (MTT) durante cuatro años no es un ejercicio administrativo: es conducir una de las carteras más complejas, transversales y expuestas del país. Significa mirar Chile desde sus carreteras, sus puertos, sus ciudades, sus zonas aisladas y sus corredores internacionales. Significa observar el mundo, entender tendencias, leer cómo se mueven las economías globales y cómo la tecnología reconfigura, a gran velocidad, la forma en que las personas y las cargas circulan.
Para un ministro, no basta gestionar; hay que anticipar. No basta ejecutar; hay que interpretar. Porque el transporte, ya sea público, privado, terrestre, ferroviario, aéreo o marítimo, no es un servicio aislado: es una red viva, interdependiente, con luces y sombras, que refleja las tensiones, los avances y las fragilidades de un país.
Y durante la administración del Presidente Gabriel Boric, ese desafío se volvió aún más nítido. El país debió responder simultáneamente a nuevas demandas logísticas, mayor presión en infraestructura, actores globales más competitivos, exigencias medioambientales históricas y riesgos crecientes en seguridad. Ahí, conducir el MTT exigió una mezcla poco común de visión estratégica, criterio técnico, diálogo político y contacto directo con la industria.
Desde esa posición, el ministro Juan Carlos Muñoz ha tenido que gestionar proyectos de alto impacto, enfrentar complejidades que no siempre están a la vista del público y, al mismo tiempo, construir acuerdos que trascienden a un gobierno.
Ser ministro implica recibir críticas, evaluar lo que no funciona, corregir, escuchar al sector privado, conversar con gremios, acompañar innovaciones, enfrentar tensiones internas, sostener conversaciones difíciles y defender transformaciones que pueden incomodar. También implica ver oportunidades donde otros ven problemas: nuevas tecnologías, nuevos modelos de transporte, nuevas alianzas. Significa, en definitiva, situar a la logística y al transporte en el centro del desarrollo nacional.
Bajo esa lógica, y ante los principales actores de la industria reunidos en la celebración de fin de año de la Asociación Logística de Chile (ALOG), el ministro trazó un balance que no solo releva los avances de estos años, sino que proyecta cómo Chile debe prepararse para competir, integrarse y operar con estándares internacionales.
Lo que siguió fue un análisis profundo del estado del sector, una radiografía de los desafíos estructurales y un mensaje claro: la logística debe ser política de Estado, una construcción transversal que defina el futuro del país.
“Los desafíos son enormes, pero también lo es el compromiso del país. El sector logístico es el sistema nervioso de Chile: si no funciona bien, el país no funciona bien”, afirmó el ministro durante su intervención ante más de 80 actores del mundo público y privado reunidos en la ceremonia.
SEGURIDAD: EL DESAFÍO TRANSVERSAL
La seguridad, en todas sus dimensiones, fue uno de los temas más destacados por la autoridad. Aunque reconoce avances, Muñoz fue enfático: “La seguridad sigue siendo un desafío, pero estamos avanzando”.
Uno de los ejes prioritarios ha sido la incorporación de tecnologías habilitantes, como la expansión del 5G, que permitirá alumbrar las carreteras y asegurar cobertura continua, facilitando que los conductores puedan enviar alertas en tiempo real en cualquier punto del trayecto. “Un transportista debe sentirse seguro en todo momento. No puede haber zonas ciegas”, señaló.
Para enfrentar la falta de conectividad en zonas extremas, muelles o áreas rurales, el ministerio impulsó una alianza con Entel y la empresa de tecnología satelital SpaceX, buscando garantizar comunicación continua incluso en los puntos más aislados del país.
La seguridad vial también preocupa. Aunque las cifras han mejorado, el ministro recuerda que 1.800 personas mueren al año en siniestros viales, un impacto humano que repercute también en la logística. “No son números: son vidas. Y afectan directamente al funcionamiento de la cadena logística y al transporte”, subrayó.
CAPITAL HUMANO
Uno de los cuellos de botella históricos del transporte ha sido la falta de conductores. Según el titular de Transporte, el país ha avanzado en dos frentes: la homologación de licencias de conducir con países vecinos y la incorporación progresiva de mujeres al sistema de transporte.
“Hay una oportunidad preciosa para que el sector logístico cierre brechas y abra más puertas”, destacó. Solo en el sistema RED, hoy trabajan 2.000 mujeres, cifra inédita que muestra cómo se está instalando el empleo formal femenino en el transporte y la logística.
LA RUTA HACIA LA CARBONO NEUTRALIDAD
En materia medioambiental, Chile se ha propuesto una de las metas más ambiciosas del continente: alcanzar la carbono-neutralidad al 2050. Según Muñoz, esta aspiración ya no es solo un compromiso declarado, sino una hoja de ruta que está siendo aterrizada con medidas concretas y medibles.
Por ejemplo, el país ya se posiciona como la ciudad, fuera de China, con la mayor flota de buses eléctricos del mundo, un hito urbano que no solo transforma el transporte público, sino que también revela un horizonte claro para la logística y el transporte de carga.
La electromovilidad dejó de ser un plan a largo plazo para convertirse en una tendencia inminente, con efectos directos en cómo las cadenas de suministro deben prepararse para operar en un escenario bajo en emisiones.
“Estamos haciendo pilotos para que la logística avance en la misma dirección”, señaló el ministro, destacando iniciativas orientadas a descarbonizar parte del transporte de carga, mejorar la eficiencia energética de los vehículos y promover tecnologías que permitan transitar hacia energías más limpias.
Pero Muñoz enfatiza que no se trata de una obligación regulatoria ni de una respuesta reactiva a las metas globales; es una decisión estratégica de futuro. La logística, históricamente vista como un área operativa, hoy tiene la tarea de movilizar al sector privado hacia operaciones más responsables, eficientes y respetuosas con el entorno.
Impulsar modelos más sostenibles no solo eleva los estándares de la industria, sino que también abre oportunidades competitivas, desde optimización de rutas y reducción de costos energéticos, hasta la preferencia de clientes y mercados que exigen cadenas verdes y verificables.
La sostenibilidad, en esta perspectiva, es un camino que el sector debe recorrer con convicción, no solo para cumplir metas, sino para definir el tipo de industria que Chile quiere construir hacia adelante: una cadena logística moderna, consciente de su impacto y capaz de liderar transformaciones que marquen diferencias reales en eficiencia, reputación y resiliencia.
TRANSFORMACIONES ESTRUCTURALES
El ministro Muñoz subrayó que, aunque gran parte de los avances recientes se han impulsado en esta administración, muchos responden a procesos de largo plazo, propios de una política pública sostenida con visión estratégica.
Uno de los hitos más relevantes del año, en cuanto al transporte marítimo, fue la aprobación de la Ley de Cabotaje, que facilita el transporte de carga por vía marítima dentro del territorio nacional. Esto, según Muñoz, abre oportunidades para reducir costos logísticos y descongestionar rutas terrestres.
A esto se suma la implementación de la Ventanilla Única Marítima, que permite que cada buque que entra o sale de Chile realice todos sus trámites en una sola plataforma. “Esto disminuye tiempos, mejora costos y pone a Chile al nivel de los estándares internacionales”, dijo el ministro.
En materia de infraestructura, destacó el avance del Puerto Exterior de San Antonio, proyecto clave que permitirá mover 6 millones de contenedores al año. El proceso de licitación está en curso y se espera cerrar la recepción de ofertas para el muelle de abrigo próximamente.
Otro avance importante es el proyecto para aumentar la altura de ola operativa en San Antonio, reduciendo significativamente los días en que el puerto debe cerrar por condiciones climáticas.
El ministro detalló también los esfuerzos en el norte del país, particularmente el impulso al Corredor Bioceánico, que conectará el sur de Brasil, Paraguay y el norte de Argentina con los puertos de Antofagasta, Mejillones e Iquique. “Estamos trabajando para hacer realidad una iniciativa que transformará la logística regional”, afirmó.
Además, destacó el trabajo “puerto a puerto” para mejorar estándares, junto con el fortalecimiento del Puerto de Punta Arenas, pieza clave para el desarrollo industrial y de zonas extremas.
EL RENACER DEL TREN DE CARGA
Quizás el avance más significativo de los últimos años viene por el lado ferroviario. “El transporte de carga por tren es donde más hemos trabajado recientemente”, señaló el ministro.
Entre los proyectos emblemáticos destacan:
- Ampliación del Terminal Barrancas en San Antonio, que hoy mueve 50 mil contenedores al año y que, tras la intervención, se espera quintuplicar su capacidad.
- El corredor ferroviario del Puerto Exterior, que conectará con un centro multimodal en Talagante–Peñaflor, terreno que ya fue adquirido.
- La creación de la nueva Gerencia Logística de EFE, que busca abrir espacio a nuevos operadores ferroviarios de carga a partir de 2028.
- La habilitación del puente ferroviario sobre el río Biobío, infraestructura clave para aumentar la capacidad de transporte hacia el sur del país.
“Son pasos concretos que permiten cambiar la forma de trabajar en esta industria y abrir nuevos horizontes para el movimiento de carga”, destacó.
UN PAÍS QUE AVANZA, UN SISTEMA QUE EVOLUCIONA
Si bien Muñoz reconoce que existen desafíos relevantes también dejó un mensaje optimista: “Están pasando cosas, pero aún quedan desafíos en la industria”, enfatizó.
Finalmente, hizo un llamado al trabajo conjunto entre sector público y privado. “El desarrollo logístico del país depende de la colaboración público-privada. Necesitamos una visión compartida, porque la logística es el sistema nervioso de Chile y debe funcionar bien”, sentenció el ministro.
Y con ello, dejó instalada una idea que atravesó toda su intervención: la logística es un proyecto de país, no de un gobierno. Requiere continuidad, visión compartida y la convicción de que modernizar cómo Chile se mueve es también modernizar cómo Chile crece.




















































