LA REINVENCIÓN DE MONARCH ANTE LA CRISIS: RECONOCIMIENTO, OPORTUNIDAD Y CONTINUIDAD

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‘El rey de los calcetines’, así se reconoce a la prestigiosa empresa textil nacional Monarch, que con más de 80 años de historia que se ha apalancado con fuerza en la memoria chilena. Con más de 70 locales, a lo largo de Chile, la compañía ha respondido a las necesidades de los consumidores, pero hoy – a raíz de la situación que vive el país por el Covid-19- ha sabido reinventarse para seguir operando, incursionando en el mercado de las mascarillas, dando un giro a su producción textil.

Muchas veces escuchamos que los cambios o los momentos complejos pueden ser algo bueno, una oportunidad para crecer o conocer nuevas formas de hacer las cosas. Sin embargo, no todos asumen estos desafíos y muchos son reacios a mirar el mundo con otros ojos; prefiriendo muchas veces la comodidad de lo cotidiano.

Pero en tiempos complejos, como el que atraviesa el mundo actualmente -donde la preocupación por la salud de la población, el temor de una recesión económica, los efectos económicos en la población y los cambios de consumo, obligan a repensar el modo de hacer las cosas, a una nueva mirada, desde lo personal, familiar, laboral y también a nivel empresarial, en este último caso, con el objetivo central de asegurar la continuidad comercial y evitar sucumbir.

Así renovarse, reinventarse e innovar ha sido la clave de las empresas que han sabido avanzar en momentos complejos. La historia nos entrega muchos ejemplos y Amazon es uno de ellos. El gigante norteamericano del comercio electrónico tuvo que ir adaptándose en el tiempo. Hace más de 20 años era una empresa enfocada a la venta de libros y hoy es uno de los sitios de mayor venta por internet de tecnología, computación, artículos del hogar, entre muchos otros ítems.

En Chile Monarch es un ejemplo de reinvención, si consideramos que la compañía nacional tuvo una rápida reacción y lectura del adverso escenario sanitario y económico, decidiendo y poniendo en marcha un cambio a nivel productivo y logístico para ir en apoyo de los consumidores y garantizar la permanencia de su empresa y el empleo de sus trabajadores. Así, “El rey de los calcetines”; la empresa chilena, inaugurada en Santiago en 1937 por los hermanos Magnasco, confronta el nuevo escenario, haciendo historia, adaptándose a la crisis y a los nuevos desafíos.

HISTORIA DE INNOVACIÓN

Fabricar y comercializar productos textiles con altos estándares de calidad y diseño, empleando materias primas de primer nivel y la más alta tecnología son las claves que explicarían el posicionamiento de Monarch, a lo largo de sus 80 años de historia y por tres generaciones.

Esta empresa sabe lo que es enfrentar situaciones complejas, no por nada son un ícono de la industria; pero, sobre todo ha sabido sobreponerse a ellas, logrando importantes hitos comerciales que reflejan el rol que tienen en el mercado textil chileno y que a continuación presentamos:

En 1982, justo el año de la crisis económica tras la devaluación del peso chileno, Monarch abre el primer local de la cadena en el entonces recién inaugurado Mall Parque Arauco. Contra todo pronóstico, y mientras la competencia caía en quiebras progresivas, Monarch se mantuvo en pie tras la arriesgada apuesta comercial, que -paradojalmente, si se quiere- fue fundamental para salir airosos de la crisis. Un nuevo canal de venta y llegar a los consumidores en un nuevo formato retail, fue clave. La empresa salió fortalecida de la crisis, atreviéndose.

En los ’80 y ’90, Monarch, también debió sortear la fuerte competencia de los productos chinos que arribaron al país con costos mucho menores que los de la industria nacional; tarifas altamente competitivas que pudieron equiparar gracias a la modernización de sus áreas productivas y operacionales y al vínculo que la marca ya alcazaba con los consumidores chilenos.

En 2003, la compañía liderada actualmente por la familia Magnasco y Aste, amplió su catálogo de productos, lanzando su primera colección de poleras en microfibra. Y ya para 2010, con más de 70 años de historia surge uno de los grandes reconocimientos a la marca tras declararse monumento histórico el emblemático letrero luminoso de la compañía, ubicado en Vicuña Mackenna.

En 2011, en tanto, la compañía decide utilizar fibras de cobre como nueva materia prima en la confección de sus productos, avalados por Codelco y el Ministerio de Minería. La nueva línea de productos marcaría un referente a nivel nacional y ese mismo año, Monarch alcanzaría históricas ventas anuales cercanas a los US$33 millones.

Para 2012, año en que inauguraron su sucursal N°65 en el Costanera Center, Monarch ya registraba ventas excepcionales, de hecho, se estima que venden al año más calcetines que número de chilenos.

En tanto, una fecha importante a nivel operacional se registra en 2009, cuando la compañía inaugura su Centro de Distribución, recinto que supera los 10 mil m2 construidos y en el cual se centralizó la operación de todas las marcas, dándole fluidez a su operación logística y a la distribución, lo que le ha permitido responder a las nuevas exigencias de la industria y de los consumidores.

EN TIEMPOS DE CRISIS

“Somos una empresa que nos enfocamos en ser los mejores y más grandes en calcetines, ropa femenina y ropa interior para toda la familia. Nos hemos posicionado en la historia de Chile”, así describe a la empresa Aldo Magnasco, presidente del directorio.

Con 70 locales desde Iquique a Puerto Montt que acercan de forma diametral y transversal a Monarch con toda la población nacional; y un equipo de ejecutivos y de colaboradores comprometidos son los pilares que le han permitido a la compañía hacer frente a los desafíos que enfrentan Monarch se fortalece. Con más de una historia personal ligada al desarrollo de este sector -luego de más de medio siglo en la empresa- Aldo nos cuenta cómo hacen frente a la actual crisis que atraviesa el país y el comercio en general.

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“Sabemos que nuestra calidad de productos, nuestra visión tecnológica, innovación constante y nuestros colaboradores es lo que nos ha llevado al sitial que tenemos hoy, posicionándonos como la primera marca en Chile en este sector. Sin embargo, ese posicionamiento no nos exime de problemas hoy, dada la crisis que se vive a nivel mundial y nacional”, comenta Aldo Magnasco.

A este respecto el ejecutivo asegura que la capacidad de adaptación de la empresa ha sido fundamental para enfrentar los complejos momentos que ha tenido el comercio a nivel nacional, desde el estallido social de octubre de 2019 y posteriormente los efectos de la propagación del Covid-19.
“Con la historia que hemos tenido, estamos preparados para enfrentar cualquier cosa. Así, por ejemplo, teníamos programado la inauguración de la nueva planta de producción de ropa de mujer, considerada la más moderna de Latinoamérica y eso es reflejo de nuestra mentalidad de innovación y adaptación; pero todo cambia, dada la situación que enfrentamos”, agrega.

Si bien, Aldo Magnasco se declara optimista, está consciente de los difíciles momentos que se avecinan. A este respecto, valora la estabilidad comercial de Monarch, rasgo que les ha permitido enfrentar esta primera etapa. “Nuestra empresa siempre ha sido familiar y sólida, pero octubre nos golpeó a todos. Estuvimos casi dos meses parados a nivel comercial, con tiendas y centros comerciales cerrados. Hoy la propagación del Covid- 19 nos vuelve a golpear”.

Cuando el mercado textil nacional es golpeado por diversos fenómenos comerciales, económicos, sociales y ahora sanitarios, ¿Cuál es la clave para seguir? Según, el emblemático empresario la clave está en la “capacidad de leer correctamente el mercado”.

UNA ALTERNATINA ANTE LA NECESIDAD

Cuando Monarch se encontraba terminando su producción de invierno y ya vislumbrando lo que sería la temporada verano, llegó a Chile el primer caso de contagio de Coronavirus. La historia de cómo ha avanzado esta crisis sanitaria ya es conocida; sin embargo, genera dos grandes incertidumbres: los plazos de esta emergencia y los efectos que tendrá a nivel económico.

Si bien, determinar los efectos generales es imposible, la compañía nacional asumió como primera medida detener la producción de su temporada de verano, dado que “sería de locos continuar y era necesario detenerse y pensar qué hacer”, asegura Aldo.

Mientras tanto, a nivel país, las autoridades de salud hacían constantes llamados al uso de mascarillas, como elemento de protección ante la propagación del virus. Dada la situación mundial, la escasez de estos insumos fue evidente. Esta realidad comercial, sumada a la pausa obligada de la producción, el cierre de los locales y la preocupación por mantener la empresa en movimiento llevó a Monarch a incursionar en la elaboración de mascarillas. Este no sería un giro al negocio, sino una forma de proteger su continuidad productiva y a sus colaboradores.

“Llegamos a las mascarillas como una alternativa en estos momentos. Pudimos adaptar algunas maquinarias y eso nos permitió responder rápidamente ante los cambios. Gracias a nuestra materia prima de cobre -elemento con características antibacteriales- hemos generado un insumo con buen resultado y hemos podido dar continuidad a nuestra producción, logrando un producto de calidad y valor”, afirma el ejecutivo.

Actualmente, dada la demanda, Monarch produce cerca de 300 mil mascarillas mensuales. “Esto no significa que nuestra empresa vaya a crecer, sino que es una buena forma para aportar a la sociedad. Nuestras mascarillas no se venden en el comercio minorista, sino a instituciones; pero ahora queremos llegar a un mercado general”, indicó Magnasco.

Somos los únicos certificados y con respaldo de laboratorios y Codelco para concretar esta mascarilla de calidad. El mundo de los calcetines por ahora está cerrado, pero sabemos que retornará, aunque antes de seis meses es difícil que logremos esa “seuda normalidad”, por temas sanitarios, comerciales, económicos”, sostuvo.

A este respecto, Aldo reconoce que “todos estamos heridos, pero nuestros consumidores aún más. Serán tiempos difíciles, pero tenemos la paciencia para esperar. Hay que aprender a enfrentar cuando las cosas van mal y celebrar cuando hay tiempos buenos. Hoy es tiempo de aportar y enfrentar el desafío de cara a nuestros consumidores y al país”.

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