Debido a su economía con sello exportador y por su política comercial de cara al mundo, Chile mantiene una estrecha relación con la actividad marítimo-portuaria. La pandemia también ha desafiado a este sector, generando –según algunos actores- una ‘tormenta perfecta’ que involucra el actuar de las navieras, el tema tarifario, escases de contenedores y también al recurso humano portuario.
En mi carrera como Oficial de Marina hay dos hitos que marcaron mi visión sobre la aplicabilidad de la logística como palanca para la reducción de costos y aporte al desarrollo de la industria nacional. El primero fue ser parte del equipo logístico de los proyectos de construcción de los submarinos Scorpene y de la incorporación de las fragatas inglesas y holandesas a la Armada. El segundo, como jefe de la Oficina Nacional de Catalogación OTAN en Chile. La logística aprendida en Europa más las interacciones en seminarios internacionales se complementaron con lo estudiado, conversado con otros profesionales y lo conocido a nivel nacional e internacional.