Cómo las empresas deciden su estrategia de supervivencia. En biología existe una distinción binaria clásica: los “estrategas K” y los “estrategas R”. Los primeros tienen pocas crías y concentran enormes recursos en su cuidado y supervivencia. Los segundos producen muchas crías apostando a la supervivencia estadística. Elefantes versus conejos.
En logística y en las empresas ocurre algo similar: las organizaciones deben decidir cómo asignan sus recursos, cuánto arriesgan y cómo se adaptan a un entorno que cambia más rápido de lo que las cadenas de mando suelen permitir. Es justamente ahí donde la forma de financiar la tecnología puede marcar la diferencia entre sobrevivir… o perecer en la sabana.
El paradigma es el siguiente: invertir en tecnología mediante CAPEX u operar bajo modelos OPEX. El primero implica destinar capital de forma anticipada para adquirir equipamiento, una apuesta tradicional de largo plazo que muchas empresas han privilegiado. Comprar. El segundo consiste en adquirir tecnología como un gasto operacional mensual, lo que permite mayor rapidez, flexibilidad y, sobre todo, recuperar estos desembolsos al declararlos contablemente como gastos operativos. Arrendar.
Considerando estas estrategias, TDS América ha definido una postura clara: poner a disposición la mejor tecnología, ya sea mediante inversión tradicional o a través de modelos flexibles de arriendo. El objetivo es otorgar a cada cliente la combinación exacta de herramientas que necesita para adaptarse con rapidez a un entorno que no deja espacio para los más lentos.















































