Uno de los mayores desafíos para las gerencias es saber dónde y cuándo invertir en nuevas tecnologías. Este problema se agrava para los gerentes de la cadena de suministro, cuyo deber es conocer los métodos, servicios y tecnologías ideales que garantizarán que los productos de su empresa se trasladen de manera exitosa y eficiente por la cadena hasta el cliente final.
En el futuro, las cadenas de suministro no serán impulsadas por productos y procesos, sino por las necesidades del cliente; no dependerán de activos fijos intensivos en capital y flujos lineales, sino de ecosistemas de capacidades modulares, entregadas a través de una red de terceros confiables, que pueden escalarse y recombinarse según sea necesario; los operadores se convertirán en gerentes; se requerirán nuevas habilidades y se crearán nuevos roles de trabajo. Las cadenas de suministro del mañana serán autónomas, autocurativas y auto optimizadas.