LA MUJER EN LOS PUERTOS MARÍTIMOS

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Autor:  Ing. ALEXANDER ESLAVA SARMIENTO

Consultor Portuario – Especialista en Logística Internacional

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Introducción

Durante décadas, existir en industrias dominadas por hombres no ha sido fácil para las mujeres. En los puertos marítimos, como una subindustria marítima dominada por hombres, los operadores portuarios y los estibadores de carga emplean significativamente más hombres que mujeres tanto en la oficina como en los muelles marítimos. Especialmente, la navegación se trata como una de las ocupaciones dominadas por hombres más desafiantes para las mujeres. Debido a las barreras invisibles para las mujeres en la industria marítima, su presencia está restringida, actualmente representan menos del 2 % de la fuerza laboral marítima de los 1,2 millones de marinos a nivel global (actividades mar a dentro), la mayor parte del total se concentra en la industria de cruceros; su representación en la industria portuaria (actividades en puertos marítimos en tierra) es mayor, con un 17 % a nivel mundial: el 12 % lo representa el personal administrativo y el 5 % restante en manejo de carga (operación portuaria). Sin embargo, estos porcentajes aún son bajos, especialmente considerando el entorno de trabajo amplio y multifacético que ofrecen los puertos marítimos.

Aunque por iniciativa de los órganos rectores portuarios, incluso en los países en desarrollo, las tasas de empleo de las trabajadoras portuarias aumentan día a día, el número de empleados masculinos sigue siendo bastante alto, ya que el porcentaje de empleo femenino es del 18 % en el Puerto de Copenhague-Malmö, del 31 % en el Puerto de Ámsterdam, del 21 % en el Puerto de Amberes, del 30 % en el Puerto de Barcelona, del 42 % en la Autoridad Portuaria de República Dominicana, del 25 % en el Canal de Panamá, del 25 % en el Puerto de San Antonio, Chile, del 9 % en el Puerto de Nueva York y del 7 % en el Puerto de Buenos Aires, Argentina. En efecto, durante décadas, no ha sido fácil para la mujer laborar en esta industria que creó su propia cultura de rechazo a la presencia femenina. Aunado a lo anterior, la falta de incentivos para que la mujer se involucre laboralmente en el puerto marítimo, a su vez, desvía su intención hacia otros sectores que le ofrecen mejores prestaciones y crecimiento profesional.

La Mujer en el Sector Marítimo Imagen 1

La Organización Marítima Internacional (OMI) apoya la participación de la mujer en la industria marítima para empoderar la igualdad de género. Sin embargo, los desequilibrios de género se han convertido en un problema en el sector portuario, ya que está predominantemente ocupado por hombres. Esto podría deberse a muchas razones, como la dominación masculina, la falta de conciencia sobre la industria y el menor apoyo de la comunidad. Por tanto, en pro de un entorno laboral libre de obstáculos para las mujeres en el sector marítimo la OMI celebró el primer Día Internacional de la Mujer en el Sector Marítimo, el 18 de mayo de 2022, centrándose en el lema “Formación-Visibilidad-Reconocimiento”, adoptando un enfoque estratégico para incrementar el aporte de las mujeres como participantes clave del sector marítimo tanto en labores basadas en puertos marítimos como a bordo de los buques. Esto, con el objeto de empoderar activamente a las mujeres con las aptitudes necesarias, manteniendo un entorno laboral libre de obstáculos, creando sistemas sostenibles de igualdad de género. 

Así, la OMI se compromete a ayudar a sus Estados Miembros a cumplir con la Agenda 2030 de la ONU para los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en particular el Objetivo 5 “Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y niñas”. El programa de género de la OMI comenzó en 1988. En ese momento, eran pocas las instituciones de formación marítima que abrían sus puertas a la mujer. Desde entonces, el programa de creación de capacidad y género de la OMI ha ayudado a establecer un marco institucional para incorporar una dimensión de género en las políticas y procedimientos de la OMI. De esta manera, se ha apoyado el acceso a la formación marítima y las oportunidades de empleo para las mujeres en el sector marítimo. Los datos del sector muestran que las mujeres de mar sólo representan el 2 % de la mano de obra de las tripulaciones y se encuentran predominantemente en el sector de los cruceros, mientras que en las compañías propietarias de buques representaban el 34 % de la plantilla. En consecuencia, la industria marítima orientada al cliente, cruceros y pasajeros, presentan las mayores oportunidades para las mujeres de mar, y albergando a un pequeño número de mujeres capitanas y a un número desproporcionado de mujeres en la tripulación, en comparación con otras profesiones marítimas. De hecho, hoy en día más mujeres están ingresando a la industria del transporte marítimo mucho más que antes, pero hay algunos países donde todavía es muy poco probable su aceptación. Sin embargo, si se toma la industria en su conjunto, muchas compañías marítimas parecen estar ofreciendo una entrada a la mujer, al menos en lo que respecta en el sector portuario.

La Mujer en los Puertos Marítimos 

Los puertos marítimos son parte integral de la cadena de suministro global. Dependiendo de la región, pueden mover hasta el 95 % de las exportaciones. Sin embargo, las actividades portuarias van más allá del transporte de mercancías y pasajeros. Como entornos de múltiples partes interesadas, pueden integrar servicios, como los servicios auxiliares, incluidos el almacenamiento y el despacho de aduanas, el turismo (cruceros), la carga, la infraestructura y la conectividad con el interior. Ya sean entidades privadas o gubernamentales, los puertos juegan un papel significativo en la formulación e implementación de marcos regulatorios y legislativos nacionales, regionales e internacionales que van desde protocolos de seguridad y cumplimiento de seguridad hasta políticas laborales y ambientales, entre otros. Esta compleja característica polivalente hace que los puertos sean un entorno de trabajo diverso, atractivo y, en ocasiones, desafiante.

Mejorar la proporción de género de los empleados portuarios en funciones operativas y gerenciales es fundamental para promover la igualdad y el empoderamiento de la mujer y la competitividad y eficiencia de la industria marítimo-portuaria. Una reciente publicación de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) destaca que mayores niveles de liderazgo y toma de decisiones femeninos en los negocios dan como resultado tasas más altas de industrialización y prosperidad social con economías significativamente más rápidas y de crecimiento más sostenible. A diferencia del pasado, donde la operación logística-portuaria ha sido descrita como: “dura, sucia, desagradable y peligrosa. El número de mujeres que se dedican a laborar en el sector portuario, en la actualidad, va en aumento ya que son muchos los esfuerzos que se hacen para que una mujer se adapte a este; la proporción de mujeres asciende solo a alrededor del 2 % de la fuerza laboral del sector. La creciente tendencia de la mujer trabajadora en varios sectores demuestran su capacidad para entrar en el campo que siempre ha estado dominado por los trabajadores varones: el puerto marítimo; y por la naturaleza propia de la actividad portuaria, es convencional encontrar que es ampliamente dominada por estos. En efecto, la participación de la mujer en el entorno laboral, en varios sectores, se considera muy eficaz para que una empresa u organización mejore la calidad y la eficiencia en la ejecución de las actividades. 

Si bien, antes de la era moderna, las ocupaciones dominadas por hombres (físicas, duras y peligrosas) se consideraban inapropiadas para mujeres “respetables”, el dominio masculino en el sector portuario refleja una larga tradición de trabajo duro y exigente que implicaba levantar y transportar mercancías pesadas desde el buque al muelle y/o hacia el almacén. El trabajo era difícil, peligroso y exigente. Se aprendía en el trabajo, lo que requería de una fuerte camaradería entre los estibadores. Obviamente, en este mundo masculino físicamente exigente, había poco espacio para la mujer. Pero hoy en día, ya n como en el pasado, se requiere de operadores portuarios y estibadores con habilidades técnicas y de computación para manejar sistemas mecanizados y equipos basados en tecnologías digitales y disruptivas de la Industria 4.0; se ha transitado del duro trabajo físico donde la fuerza muscular masculina dominaba las operaciones portuarias mecanizadas a operaciones más sofisticadas de hoy en día donde se requiere de menos “fuerza muscular” y de más poder “cerebral”; la digitalización de la Industria 4.0 invita a la mujer a hacer parte de la operación portuaria (puertos inteligentes «smart ports»). Esto significa un gran avance en la equidad de género, en reconocer la importancia de la mujer en el sector portuario; las mujeres ya no estarán restringidas a manejar solo tareas administrativas, ahora pueden aplicar sus habilidades y destrezas en todas las áreas del sector portuario diversificando sus conocimientos, experiencia y aumentando sus ingresos.

Un reciente estudio indica los factores básicos e impulsores de la participación de la mujer en el puerto marítimo: paciencia, profesionalismo y valentía. Uno de los factores indica que las mujeres son persistentes en hacer y completar sus labores, contrario al género masculino que tiende a la inconstancia laboral. Esto demuestra que la constancia y la disciplina laboral que aporta el género femenino sería la principal característica para su desempeño en el sector portuario. Como industria que opera las 24 horas y los 7 días de la semana, la paciencia es muy importante en la ejecución de cualquier operación, esto, con el objeto de mantener la competitividad del puerto marítimo. Las personas con virtudes como la persistencia, por lo general el género femenino, tienden a experimentar menos depresión y emociones negativas en la actividad laboral, quizás porque pueden afrontar mejor las situaciones perturbadoras o estresantes de la operación portuaria (seguridad y eficiencia). Por tanto, una mujer persistente, al realizar el trabajo en el puerto, sabrá enfrentar con calma cualquier dificultad y adversidad; la operación portuaria es exigente porque todo debe hacerse de manera segura y eficiente. En consecuencia, la toma de decisiones rápidas, inmediatas y efectivas, por parte de la mujer, sería un factor muy importante a desempeñar en la actividad portuaria.

Un segundo factor impulsor indica que la mujer posee una mejor comprensión para resolver problemas logístico-operativos críticos que los hombres. Esto, debido a que el cerebro de la mujer es significativamente más activo en muchas más regiones (multitareas) que el de los hombres; los hombres son mejores en el aprendizaje y en realizar el trabajo en una sola tarea; las mujeres son mejores en multitareas a la vez. Esto podría mejorar la ventaja competitiva de la mujer para competir con hombres en este sector portuario. Dado que las mujeres son mejores en multitareas, pueden desarrollar la capacidad de interactuar con sus subordinados de manera efectiva como líder para garantizar la operación portuaria se desarrolle de manera eficiente y segura. Aunado a lo anterior, el profesionalismo, que le permite a la mujer desempeñarse mejor en la actividad laboral ya que la conduce a trabajar con tal integridad. La mujer por su naturaleza tiene la capacidad de aceptar la crítica profesional siempre y cuando se dé de una manera cordial y respetuosa. Este carácter profesional le permitirá a la mujer portuaria ser más expresiva en el desempeño de tareas logístico-operativas. 

Cuando se trata de sensibilidad e intuición, las mujer tienden a dejar atrás a los hombres. Su sensibilidad, intuición e inteligencia emocional ayuda a crear una fuerza de trabajo integra y completa. Cuando los hombres no comprenden un asunto específico, las mujeres decodifican fácilmente las señales verbales y el lenguaje corporal, convirtiéndolas en una excelente solucionadora de problemas (toma de decisiones rápidas, inmediatas y efectivas); la publicidad de reclutamiento para algunas terminales de automóviles refleja una preferencia por las candidatas mujeres, ya que se considera que las mujeres son más cuidadosas y obedecen las reglas y conducen y estacionan los automóviles con la máxima precisión, actividad muy importante al manejar los vehículos a bordo de los buques y en las terminales marítimas; la mujer como operadora de equipos portuarios es más cuidadosa, lo que genera menos accidentes y menores requisitos de mantenimiento de estos. Por tanto, para participar activamente en el puerto marítimo, la mujer debe seguir desarrollando su capacidad innata de resolver problemas, optimizando su fuerza, paciencia y demás habilidades innatas. Adicionalmente, las mujer podría utilizar sus vibraciones positivas en el entorno laboral. Esto se evidencia ya que la mujer es propensa a automotivarse, debido a su alta autoestima; colmada de entusiasmo al realizar una actividad o asumir una responsabilidad, lo que podría considerarse como un valor agregado en un sector como el portuario. La participación de la mujer en varios sectores se ha visto como una norma, ya que aporta formas de pensar y estilos muy diversos a la empresa y la organización en la que labora. 

El tercer factor, la valentía, siendo el impulsor que determinará el desempeño de la mujer en el puerto marítimo. La habilidad de la mujer en la gestión y operación portuaria es un componente de su valentía (17 % a nivel mundial: 12 % en funciones administrativas y 5 % en operación portuaria). Las mujeres pueden no tener fuerza física como los hombres en la actividad laboral logístico-operativa portuaria, sin embargo, esto podría ser correspondido con sus apoyos, habilidades y capacidad de análisis de información, con el fin de resolver problemas y manejar la situación en el desarrollo de la actividad operativa. Esta habilidad particular requiere de un pensamiento de alto nivel, implica el proceso de análisis, evaluación, razonabilidad y de reflexión en el puerto marítimo. 

 

Barreras y Obstáculos 

Muchas barreras y obstáculos hacen que la labor portuaria sea poco atractiva para la mujer, incluidas las reglas sindicales de antigüedad, los estereotipos de género, la cultura e imagen masculina de los puertos, los desafíos para el equilibrio entre la vida laboral y personal, las brechas de credibilidad, la contratación, la orientación y las ineficaces capacitaciones, la falta de instalaciones para mujeres y el equipo de seguridad inadecuado. Algunas de estas barreras son aún más prominentes en América Latina y en puertos del Caribe, magnificados por valores culturales y precedentes históricos. La diferenciación de los nuevas operadoras portuarias en categorías específicas permitiría a la mujer agregar más valor a las operaciones del terminal portuario más allá del trabajo básico de operadora portuaria-estibadora. 

Un estudio realizado en el Puerto de Auckland, Nueva Zelanda evaluó el proceso de contratación para determinar por qué trabajaban tan pocas mujeres en el puerto. Se empleó a 23 mujeres y se descubrió que su desempeño era, a menudo, mejor que el de los hombres y su historial de salud y seguridad era mucho mejor; poseen una mejor aptitud natural en torno a la percepción de la altura y de recuperación, aptitud requerida para las operaciones de grúa pórtico; las mujeres tuvieron un impacto positivo e instantáneo en la línea de operaciones logístico-portuarias. Comenzaron a superar a los hombres en cifras de productividad hasta en un 14 %, siendo más comprometidas, más seguras, más ágiles y más rápidas. A medida que más mujeres se unieron a la fuerza laboral del Puerto de Auckland, se demostró que no fue una casualidad. No fue porque tuvieran más habilidad, la diferencia se debió a la actitud de cada una de ellas en el puerto, indica el informe. 

Tanto las opiniones sobre las ocupaciones adecuadas para mujeres sigue afectando a muchas culturas y sociedades. De hecho, los factores sociopsicológicos contribuyen a la segregación de género en las ocupaciones dominadas por hombres. Estos factores incluyen la creencia en las propias habilidades y competencias, los roles anticipados, el acoplamiento y dominio dentro de las ocupaciones. De manera similar, en el sector marítimo se ha encontrado que la mujer de mar, las oficiales, subestiman sus habilidades de liderazgo mientras que sus homólogos masculinos sobrestiman las suyas. La imagen masculina de los puertos tiende a reflejar una cultura dominada por los hombres, lo que puede disuadir la participación femenina. En muchos casos, prevalece la imagen de los puertos tradicionales de fuerza bruta, clima exterior desafiante y lenguaje obsceno. Dada esta cultura, la mujer puede percibir los puertos como entornos hostiles que reflejan un posible acoso sexual, bromas lascivas, lenguaje sexista y malas conductas entre géneros. Los puertos tienen una imagen masculina, no solo porque están dominados por hombres sino porque incorporan símbolos, metáforas y valores que tienen connotaciones masculinas. Los símbolos y las metáforas como la “feminización de los buques” y el lenguaje masculino pueden disuadir a la mujer de trabajar en los puertos marítimos. 

Finalmente, estudios recientes indican que la presencia de la mujer en la operación portuaria mejora activamente la moral y el ambiente, promoviendo un entorno más “normal”. El lenguaje cambia a positivo, hay de repente un: “por favor”, incluso entre la comunidad masculina, todo cambia. Por ello, el Puerto Rosario, en Argentina contrata cada vez más mujeres, en parte como medio para mejorar la cultura de trabajo del puerto. En consecuencia, la mujer de puerto requiere, para el desempeño de su labor, de casilleros separados, habitaciones dignas, instalaciones sanitarias adecuadas, particularmente en los terminales más antiguos, lo que puede ser un agravante muy significativo para las mujeres portuarias. La equidad de género en el sistema portuario puede definirse como “un orden social” en el que operadores y operadoras portuarias, estibadores y estibadoras comparten las mismas oportunidades y las mismas limitaciones. Al tratar a la mujer de manera equitativa y brindarle mejores oportunidades de trabajo, el puerto mejora su reputación de equidad, una característica positivamente significativa en la comunidad empresarial. La equidad de género mejora las oportunidades de innovación; la mujer brinda diversos puntos de vista que reflejan sus diferentes experiencias e intereses, todo lo cual aumenta la capacidad del puerto y sus terminales para innovar y encontrar soluciones inteligentes a futuros desafíos. 

 

«Las mujeres no necesitan cambiar, es su entorno de trabajo el que tiene que cambiar, OEA, 2021»

Referencias

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