En los últimos años, la cadena de suministro global ha enfrentado desafíos sin precedentes, que han puesto en evidencia su fragilidad y la necesidad de adaptación cada vez más rápida, lo que ha desafío a las empresas, gobiernos y profesionales a reinventar sus procesos, así como sus operaciones, buscando soluciones alternativas.
En nuestro caso, Chile, como país abierto al comercio internacional y con una economía altamente dependiente de exportaciones, enfrentamos una convergencia de desafíos: desde factores globales como tensiones geopolíticas y crisis climática, hasta limitaciones locales en infraestructura, digitalización y dependencia de mercados. Aunque existen señales positivas de inversión y modernización, la transición hacia una cadena de suministro más ágil y resiliente aún debe acelerar.
Las múltiples dificultades que enfrentamos hoy requieren una mirada estratégica y colaborativa para superarlas, una inversión en infraestructura, la adopción de tecnologías digitales, la diversificación de mercados y la gestión sostenible del recurso hídrico son elementos clave.
El aumento de inventario ayuda, y quedó en evidencia al momento de afrontar eventos como la pandemia, pero con el incremento de los costos que eso significa que, si no somos capaces de regularlo, el impacto económico solo crecerá, así como las ineficiencias y pérdidas.
Vivir en la contingencia no puede ser él desde, no debe ser la forma de vivir la cadena de suministro. La pandemia nos enseñó a actuar con rapidez y adaptarnos a un mundo cambiante sin ninguna certeza, y esa habilidad no la podemos perder.
Además debemos sumar la sostenibilidad, y no solo con una mirada en los focos ambientales y sociales, sino también a integrar prácticas responsables económicamente para construir cadenas que sean resilientes, éticas y eficientes a largo plazo.
Este foco económico si bien se centra en la eficiencia operacional, debe ser sin comprometer valores éticos, pero prepararnos para mitigar interrupciones en la cadena de suministros, ya sea por desastres naturales, conflictos, cambios en las regulaciones o en la demanda por modificaciones en las necesidades de los consumidores, que además cada día valoran más la transparencia y el compromiso.
La propuesta para este punto es partir por diversificar proveedores que permita reducir riesgos de continuidad operacional, pero que también puede ser una oportunidad para identificar eficiencias. Además, se deben implementar procesos de innovación para adaptarse a los cambios, ya sean geopolíticos, económicos, regulatorios o ambientales; sin dejar de lado la gestión de inventarios para evitar sobreproducción, aumento en los costos, sobre inventarios, mermas y todo lo que esto implica.
Las claves para avanzar hacia una cadena sostenible, es medir la huella de cada etapa del proceso, optimizarla y repensarla frecuentemente. Seleccionar también proveedores responsables y construir con ellos relaciones a largo plazo, donde sean realmente socios estratégicos. Además, realizar inversiones en tecnología como IoT, IA, trazabilidad, entre otras, que permitan la gestión de data, así como tener elementos de análisis rápido y a la mano para la toma de decisiones. En esta línea, también es clave capacitar a los equipos en sostenibilidad y pensamiento sistémico, critico e innovación, así como nuevas prácticas y procesos sostenibles para contar con procesos sustentables y perdurables, pero también para mirar los procesos como un ciclo continuo que nos permita pensar fuera de la caja y unir todo en un círculo virtuoso de economía y responsabilidad para, finalmente, crear ecosistemas sostenibles compartidos entre proveedores, clientes y productores.
Hoy estamos más que nunca en un ambiente cambiante y altamente desafiante que nos lleva a pensar distinto más allá de las estructuras y los límites conocidos. La introducción de la IA debe impulsarnos a ir más allá de nuestras propias estructuras mentales, lo que hace fundamental conocer nuestros límites, nuestras barreras, así como nuestras fortalezas y la de nuestros equipos con una estructura que incentive el pensamiento creativo, pero también crítico.
Cuestionarse los estándares, los proceso, los procedimiento y las ideas, es más que nunca la clave para poder gestionar el cambio en un ambiente sin certezas, donde la clave es gestionar una cadena de suministro cada día más desafiante desde la innovación del pensamiento crítico.
Daniela Zuleta, socia de Wins
