El dato es brutal: Asia-Pacífico necesitará 189 nuevos puertos y más de mil buques para mover los combustibles del futuro. Pero detrás del número hay un mensaje más profundo: La transición energética no será digital, será logística.
El hidrógeno, el amoníaco y los combustibles sintéticos no aparecen mágicamente en los mercados. Se transportan, se almacenan y se transfieren a través de barcos, ductos y contenedores, por eso no basta con descarbonizar la energía: Hay que descarbonizar el transporte internacional que la hace posible.
Mientras DNV proyecta un mercado de US$1,1Tn en nuevos commodities verdes, el verdadero cuello de botella estará en la interoperabilidad: estándares, certificaciones, trazabilidad y tecnología logística. Ahí es donde LATAM tiene una oportunidad histórica: convertirse en proveedor confiable y digitalmente trazable de energía limpia para el mundo.
El futuro no se moverá solo. Necesitará barcos, datos y visión. Y eso, justamente, es logística.
Gabriel Gurovich, Chief Evangelist Officer, KLog.co