HIDRÓGENO VERDE: EL POTENCIAL CHILENO; EL IMPACTO EN EL TRANSPORTE MARÍTIMO Y EL ROL DE LOS PUERTOS NACIONALES

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Científicos de todas las latitudes han advertido que pronto el mundo experimentará una crisis climática sin precedentes en la historia causada por la acción humana; crisis que sólo podrá ser contenida si se desarrollan acciones transformadoras a escala global orientadas a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y descarbonizar el planeta al 2050.

Considerando que tres cuartas partes de las emisiones de gases de efecto invernadero del planeta se producen por el uso de combustibles fósiles; la producción y el uso de la energía están al centro del desafío, partiendo del axioma de que la forma en que la energía se produce y se consume en el mundo deberá experimentar cambios radicales.

Por cierto, nuestro país se ha comprometido con la acción climática de manera decidida y ambiciosa, siendo un precedente claro de lo anterior la firma del Acuerdo de París en 2015, en el cual 197 países se comprometieron a alcanzar la “carbono neutralidad” durante la segunda mitad de este siglo. Chile fue una de las primeras naciones latinoamericanas en unirse, y a lo largo de estos años ha cumplido a cabalidad con este mandato internacional. A través del proyecto de ley marco de cambio climático, será uno de los primeros países en fijar por Ley la meta de ser carbono neutral al 2050.

En torno a la producción de energías amigables con el medio ambiente, según expertos a nivel nacional e internacional, Chile tiene una oportunidad única para desarrollar una industria competitiva en materia de energías renovables. En este contexto, según datos aportados por el Ministerio de Energía, los sectores solares y eólicos están madurando aceleradamente en nuestro país. “En 6 años, Chile ha quintuplicado su capacidad de generación de esas fuentes y se proyecta que, al 2030, hasta el 70% de su matriz eléctrica sea renovable. La creciente inversión en estas energías, así como en almacenamiento y en infraestructura de transmisión, es una señal inequívoca de una transición decidida a un sistema eléctrico más sostenible”, ha indicado la cartera.

A partir de la diversificación de su matriz energética, nuestro país avanza determinadamente en la denominada Estrategia Nacional Hidrógeno Verde, lanzada en 2020, instancia que busca posicionar a Chile como el líder mundial en la producción, uso doméstico y exportación de este combustible a nivel mundial. “Nuestra Estrategia Nacional de Hidrógeno Verde tiene como objetivo tomar esta oportunidad y convertirla en realidad”, aseguró la comisión estratégica; apuntando, además, a promover el uso del Hidrógeno Verde en actividades productivas claves como la minería, la agricultura y el transporte, a fin de ser más competitivos a nivel nacional e internacional.

IMPACTO DEL HIDROGENO VERDE EN EL TRANSPORTE MARÍTIMO

Como se ha expuesto, la industria del transporte es una de las que se podría ver directamente impactada por el uso de combustibles sustentables, tales como el Hidrógeno Verde. De hecho, la industria marítima a nivel mundial está impulsando una importante transformación en esta línea, y Chile es protagonista.

¿Cómo afectaría el uso del Hidrógeno Verde a la industria marítima global? Pues según datos publicados por la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA) “una rápida sustitución de los combustibles fósiles por combustibles renovables basados en el hidrógeno verde y los biocombustibles avanzados podría permitir reducir hasta el 80% de las emisiones de CO2 atribuidas al transporte marítimo internacional para mediados de siglo, es decir, para 2050”.

En este contexto, la IRENA establece que los combustibles renovables deberían aportar al menos el 70% de la combinación energética del sector en 2050, según muestra el informe recientemente publicado “A pathway to decarbonise the shipping sector by 2050”. El documento esboza una hoja de ruta para el sector marítimo mundial en consonancia con el objetivo climático global de 1,5°C.

“Entre el 80% y el 90% del comercio internacional se realiza por vía marítima. La descarbonización del transporte marítimo mundial es uno de los sectores más difíciles de abordar y, a pesar de las elevadas ambiciones, los planes actuales se quedan cortos”, declaró Francesco La Camera, Director General de IRENA, a la presentación de las cifras.

Así, el hidrógeno verde comienza a armar su pista de aterrizaje para transformarse en una de las principales fuentes de energía durante las próximas décadas y ocupar un rol central en la estrategia de descarbonización que están transitando distintos países. En Latinoamérica, Chile y Uruguay han iniciado un camino exploratorio para dar los primeros pasos, teniendo en cuenta sus ventajas naturales con perspectivas que lucen alentadoras.

En este plano, según el informe, Maritime Forecast to 2050 elaborado por la consultora DNV, alrededor del 5% de la energía para el transporte marítimo debería provenir de combustibles neutros en carbono en 2030. “La transición de la infraestructura de combustible necesaria para entregar los 270 millones de toneladas de combustibles alternativos que se necesitarían para la descarbonización marítima total para 2050 es un desafío gigantesco”, indicó el estudio.

En esos términos, el informe estima que se necesitarán entre US$8.000 millones y US$28.000 millones de una inversión total adicional por año solo en los buques para lograr la descarbonización para 2050. También se necesitarían entre US$30.000 millones y US$90.000 millones por año para escalar la producción en tierra y contar con infraestructura para la distribución y abastecimiento de combustibles 100% neutros en carbono para mediados de siglo.

Las fuentes de energía más costosas y las inversiones en tierra podrían aumentar los costos anuales de combustible del sector en más de US$100 mil millones a US$150.000 millones cuando estén completamente descarbonizados, un aumento del 70 al 100 % a partir de hoy. Por lo tanto, se estima que la descarbonización del transporte marítimo por completo para 2050 requerirá aproximadamente 2,5 veces más inversión que las proyectadas por la Organización Marítima Internacional (OMI)

PUERTOS CHILENOS. HUBS SUSTENTABLES

Siempre en torno a la Estrategia de Hidrogeno Verde, cabe destacar lo expuesto por David Medrano, coordinador de la Unidad de Desarrollo Portuario del Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones (MTT), durante su alocución en la última versión de la Feria Transport 2022, que se llevó a cabo a fines de septiembre pasado. En la ocasión, Medrano destacó los compromisos suscritos por nuestro país en relación con la descarbonización -Corredores Verdes y uso de Hidrógeno Verde- como elementos catalizadores para desarrollar e impulsar de manera integral el sistema portuario chileno.

Durante su presentación titulada “Los puertos como hubs sustentables: Desafíos y oportunidades de la descarbonización”, Medrano señaló que “el hidrógeno no es algo que nace para los puertos, no es algo que nace desde la actividad portuaria ni desde el transporte marítimo, pero donde efectivamente el nodo portuario de transporte marítimo desempeña una función clave que es garantizar el transporte de este nuevo energético desde los puntos de generación hasta los puntos de consumo, como pasa con cualquier otra carga que movamos a través de nuestros terminales. Ante este nuevo energético tenemos una oportunidad bastante significativa, tenemos un amplio reto por delante que queremos comenzar a trabajar de manera bastante intensa como sistema portuario en Chile”.

Según señaló el Coordinador de la Unidad de Desarrollo Portuario del MTT, “el hidrógeno es la excusa para el desarrollo que queremos seguir impulsando de manera general para todas las cargas, que es esa mejora de nuestro sistema de política, regulación y planificación del desarrollo portuario integral de todo el sistema portuario en Chile, haciendo las adaptaciones que sean requeridas, construyendo desde lo que tengamos ya fortalecido y probando. Mejorando también esta planificación con el territorio, esa coordinación clara con los diferentes actores en todas las escalas territoriales; aportando al territorio, manteniendo esa coordinación pública-privada para que efectivamente el aporte que hoy en día generan nuestros terminales se siga desarrollando”, complementó.

Al mismo tiempo, la autoridad añadió que “hay una relación clara que se tiene que dar entre el sector público y privado de manera de poder planificar adecuadamente qué infraestructura, dónde y cuándo van a ser necesarias para desarrollar esta industria. Necesitamos una coordinación muy clara entre los diferentes niveles locales, regionales y nacionales para que esta industria se pueda desarrollar y, además, sea coherente con la multiplicidad de usos que hay en el territorio”, concluyó.

A partir de lo expuesto por Medrano, queda de manifiesto el rol que nuestro país desea interpretar a nivel global en materia de producción y exportación del Combustible verde del futuro; apreciado en distintas latitudes del globo debido a su importante potencial como elemento que contribuiría a la descarbonización planetario y específicamente de la reducción de la huella de carbono de las operaciones de comercio exterior, especialmente aquellas enmarcadas en el ámbito marítimo portuario.

OTRAS CIFRAS DE INTERÉS

Según indica el reporte de IRENA, “si el sector del transporte marítimo internacional fuera un país, sería el sexto o séptimo emisor de CO2”. De ahí que el camino de la descarbonización de 1,5 °C propuesta por IRENA se base en cuatro medidas clave, tales como: la electrificación indirecta mediante el empleo de combustibles verdes basados en el hidrógeno, la inclusión de biocombustibles avanzados, la mejora de la eficiencia energética de los buques y la reducción de la actividad sectorial debido a los cambios sistémicos en la dinámica del comercio mundial.

Así, a corto plazo, los biocombustibles avanzados desempeñarán un papel fundamental en la reducción de las emisiones, aportando hasta un 10% de la combinación energética total del sector en 2050. A medio y largo plazo, los combustibles verdes basados en el hidrógeno serán fundamentales y representarán el 60% de la combinación energética para mediados de siglo. El etanol y el e-amoniaco son los combustibles verdes basados en el hidrógeno más prometedores, y en particular el e-amoniaco está llamado a ser la columna vertebral de la descarbonización del sector en 2050.

Al respecto, desde IRENA señalan que “el e-amoniaco podría representar hasta el 43% de las necesidades energéticas del sector en 2050, lo que implicaría el uso de unos 183 millones de toneladas de amoniaco renovable sólo para el transporte marítimo internacional, una cantidad comparable a la producción mundial de amoniaco actual”.

El informe también concluye que los costos de producción de los combustibles alternativos y su disponibilidad dictarán en última instancia el empleo real de los combustibles renovables. En este plano, los expertos sostienen que, aunque los costos de las energías renovables han disminuido a un ritmo acelerado, es necesario que disminuyan más para que los combustibles obtenidos a partir de estas fuentes se conviertan en la principal opción de propulsión”.

"Los objetivos climáticos y la ambición de descarbonización pueden aumentar si se adoptan medidas políticas internacionales pertinentes y oportunamente coordinadas. Será fundamental una tasa de carbono realista, que ponga un precio de carbono ajustable a cada combustible para evitar nuevas inversiones en combustibles fósiles y activos varados", señalan los autores del informe.

Por último, IRENA hizo un llamado a todas las partes interesadas para que desarrollen modelos de negocio más amplios y establezcan asociaciones estratégicas en las que participen las industrias de alto consumo energético, así como los proveedores de energía y el sector petroquímico. "Es necesario que las partes interesadas estén plenamente identificadas y comprometidas, y que los distintos actores trabajen en pos de un objetivo común. En este sentido, los órganos de gobierno que regulan el sector del transporte marítimo internacional deben desarrollar ejercicios de planificación integrales y participativos, estableciendo acciones paso a paso para alcanzar las cero emisiones en 2050".