¿EL LOGÍSTICO ES EL MEJOR COMPAÑERO?: EL ROL INVISIBLE QUE SOSTIENE LA ESTRATEGIA Y CONECTA A LA ORGANIZACIÓN

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Detrás de cada operación exitosa, el líder logístico actúa como un nexo clave que articula áreas, impulsa la colaboración y garantiza que la estrategia empresarial se traduzca en resultados concretos. Más que un soporte, es un socio estratégico indispensable para la compañía.

En la arquitectura silenciosa de una empresa, hay engranajes que, aunque no siempre están a la vista, determinan si todo fluye o se traba. Entre ellos, el líder logístico ocupa un lugar particular: no solo mueve productos, también mueve información, conecta áreas, equilibra prioridades y, en muchas ocasiones, apaga incendios antes de que los demás sepan que existían. En el fondo, su trabajo es un ejercicio constante de articulación estratégica y de relaciones humanas.

Samuel Órdenes, Gerente de Logística de Salcobrand, lo define sin rodeos: “Hoy no podemos ver sólo lo que hace eficiente el proceso logístico, es lo que genera valor transversal para que la experiencia del cliente final sea excelente.” La frase es reveladora, porque ubica a la logística no como un área de soporte operativo, sino como un socio transversal que influye directamente en la percepción de marca y en la ventaja competitiva de la compañía.

Daniela Maulen, supply and procurement head de ISDIN y socia de Wins, coincide en que el desafío principal es que este rol tenga un asiento en la mesa estratégica. “Uno de los principales desafíos de este cargo es ganar visibilidad y validación interna. Tradicionalmente, la logística ha sido más visible cuando algo falla. Para que sus aportes sean considerados es fundamental demostrar resultados concretos, dar respuestas oportunas y tener una mirada preventiva”.

LIDERAZGO SIN FRONTERAS

Para Samuel, los ejecutivos de logística son, ante todo, facilitadores del flujo eficiente y estratégico de productos e información. Su responsabilidad va más allá de cumplir con plazos o de optimizar costos: su verdadero aporte es tejer vínculos sólidos con todas las áreas de la organización. Cuando esa relación es sólida, los objetivos corporativos fluyen; cuando se rompe, el impacto se siente en la cadena de valor completa. En sus palabras, “una buena relación con las demás áreas es clave para el éxito organizacional. La logística debe integrarse como un socio estratégico en la ejecución del plan corporativo”.

Samuel ordenesSegún el ejecutivo de Salcobrand, ser “el mejor compañero” no es un asunto de camaradería superficial, sino de una forma de trabajar: “El mejor compañero a nivel ejecutivo es aquel que actúa con visión estratégica y colaboración transversal, entendiendo que el éxito individual depende del éxito colectivo”.

Daniela añade que esta capacidad de colaboración requiere habilidades humanas muy afinadas, ya que para que un ejecutivo de logística sea un verdadero aliado, debe contar con una fuerte dosis de empatía y una visión general del negocio. No basta con dominar su área, debe ser un profesional integral, saber trabajar en equipo, construir relaciones de confianza y, sobre todo, aportar soluciones concretas”.

En el contexto actual, donde la velocidad y la precisión ya no son diferenciables sino requisitos mínimos, el factor tecnológico e innovador se vuelve ineludible. Para Samuel, “la velocidad y la eficiencia logística, de la mano con la tecnología, son una ventaja competitiva clave en las distintas industrias, en donde cada vez los tiempos de servicio y respuesta deben apuntar a la inmediatez”. Ambos coinciden en que el trabajo cotidiano del gerente de logística es un ejercicio de diplomacia e integración constante. Samuel lo define como “un puente clave entre diversas áreas para que cada eslabón contribuya a una experiencia positiva para el cliente final”. La ejecutiva de ISDIN lo ejemplifica con su propia experiencia: “El ejecutivo de logística colabora estrechamente con el equipo comercial en el proceso de ventas; con el área de trade, en el seguimiento del Sell-Out y proyecciones del Forecast; y con marketing, en la planificación de actividades promocionales y reuniones de S&OP”.

TENSIONES QUE DESAFÍAN LA COLABORACIÓN

Sin embargo, la teoría de la colaboración perfecta se enfrenta a la realidad de las tensiones internas. El Gerente de Logística de Salcobrand reconoce que las principales dificultades aparecen cuando los objetivos de las áreas no están alineados, cuando los silos de información impiden tomar decisiones integradas, o cuando la comunicación llega tarde y las soluciones se vuelven reactivas. A esto se suma la resistencia al cambio, que puede frenar transformaciones necesarias. “Lograr dar visibilidad a la dirección de una compañía sobre las necesidades clave que se requieren para mantener la operación logística competitiva es un factor determinante, y en donde muchos fallan”, advierte.

DanielaDaniela, por su parte, advierte que también existe un reto de lenguaje: “cada área suele hablar desde su propia lógica y prioridades. El desafío está en construir un idioma común que permita alinear expectativas. Cuando eso no ocurre, se generan tensiones, decisiones reactivas y una visión fragmentada del negocio”.

En su experiencia, uno de los errores más comunes es subestimar la importancia de anticiparse. Para la ejecutiva y socia de WINS, uno de los principales aportes del área es anticiparse a los problemas y mantener un enfoque preventivo, alineando expectativas y trabajando de forma proactiva con todas las áreas”.

En esta línea, “dar visibilidad a los cambios de mercado y a las necesidades de inversión necesarias para mantener al negocio competitivo en la industria es una de las responsabilidades más estratégicas del gerente de logística” es otra de las tareas del profesional, según enfatiza el gerente de Logística de Salcobrand.

Si se observa con lupa, la función del líder logístico se parece mucho a la de un director de orquesta: no ejecuta cada nota, pero su trabajo es garantizar que todos los instrumentos entren en el momento justo y con el tono correcto. Y para lograrlo, no basta con conocer la partitura de su propia sección; debe comprender la música completa. Esto requiere sensibilidad humana, capacidad de negociación, inteligencia para priorizar y, sobre todo, una disposición permanente a construir confianza entre áreas.

En este nuevo paradigma, la logística deja de ser la “última milla” de la estrategia para convertirse en un motor que impulsa la competitividad y la resiliencia empresarial. El profesional que lidera esta área ya no se define solo por su capacidad operativa, sino por su visión integral del negocio, su comprensión de las dinámicas del mercado y su habilidad para conectar las necesidades internas con las expectativas del cliente.

Tal como lo han planteado ambos entrevistados hoy se espera que el ejecutivo logístico actúe como un estratega corporativo, capaz de anticipar escenarios, gestionar riesgos y detectar oportunidades de mejora antes de que se conviertan en urgencias. Su aporte no se mide únicamente en ahorros o plazos cumplidos, sino en la capacidad de aportar inteligencia al negocio, influir en decisiones clave y sostener la propuesta de valor de la compañía frente a clientes cada vez más exigentes.

La transformación digital ha potenciado esta evolución. La incorporación de analítica avanzada, inteligencia artificial, automatización y visibilidad en tiempo real ha llevado al gerente de logística a manejar información crítica para la toma de decisiones estratégicas. Esta capacidad de convertir datos en acción le permite incidir directamente en áreas como el desarrollo comercial, la planificación de la demanda y la estrategia de crecimiento.

En esta línea, Samuel resalta que el Centro de Distribución de Salcobrand ha invertido en su transformación y automatización para su sostenibilidad. Por ejemplo, cuenta con el “Certificado de Balance por el uso de Energías Renovables” entregado por Colbún y la Certificación de la TRINORMA ISO [ISO 9001 – ISO 14.001 – 40.001).

Además, el rol adquiere una dimensión cultural: impulsar la colaboración interdepartamental, promover la apertura al cambio y transmitir una mentalidad orientada a la mejora continua. En un entorno donde la disrupción es la norma, el líder logístico es un embajador de la adaptabilidad organizacional.

La nueva mirada sobre la logística reconoce que su valor va mucho más allá del transporte y el almacenamiento. Es una disciplina que, bien gestionada, integra, conecta y proyecta a la empresa hacia el futuro, convirtiéndose en un pilar de sostenibilidad, innovación y ventaja competitiva. El líder logístico de hoy no solo asegura que el negocio funcione: lo impulsa a evolucionar.

VISIÓN DE FUTURO

El presente y el futuro de las organizaciones demandan líderes logísticos capaces de pensar en múltiples dimensiones a la vez: eficiencia, sostenibilidad, innovación y cultura corporativa. Ya no se trata únicamente de “hacer que las cosas funcionen”, sino de contribuir activamente a la definición de hacia dónde debe avanzar la empresa. En este sentido, el ejecutivo logístico se transforma en un arquitecto de soluciones que combinan tecnología, datos, procesos y personas, con el objetivo de generar una cadena de suministro más ágil, resiliente y preparada para enfrentar escenarios de incertidumbre.

La transformación digital abre un abanico de posibilidades, pero también eleva el nivel de exigencia. El uso de analítica avanzada, simulaciones predictivas e inteligencia artificial permite anticipar comportamientos de la demanda, optimizar rutas, gestionar inventarios en tiempo real y, sobre todo, diseñar experiencias de cliente más personalizadas. Sin embargo, el verdadero valor no está solo en la herramienta, sino en la capacidad del líder para integrarla estratégicamente, tomar decisiones basadas en evidencia y alinearlas con los objetivos globales de la compañía.

Además, la presión por incorporar criterios de sostenibilidad convierte a la logística en un motor clave de la agenda verde. La optimización de embalajes, la reducción de emisiones en el transporte, el uso de energías limpias en centros de distribución y la economía circular son solo algunos de los frentes en los que el gerente de logística puede y debe incidir. Este compromiso con la responsabilidad ambiental no es solo un imperativo ético: es también una mirada de futuro que influye en la reputación de marca y en la preferencia de los clientes.