En un mundo globalizado y competitivo, marcar la diferencia resulta cada vez más difícil. Los clientes constantemente exigen un mayor nivel de servicio y con la llegada del COVID-19 se intensificó dicha exigencia. Esta situación mundial aceleró la consolidación de la revolución del mercado, vinculado de manera preponderante al modelo de negocio online.
El crecimiento sin precedentes del comercio electrónico está obligando a las empresas a mejorar sus mecanismos de ventas ante el incremento de la competencia en la vía digital. En este marco, la puntuación que cada cliente hace después de su compra se ha vuelto un recurso clave.