“LA TENDENCIA DE MERCADO ES PRIORIZAR LA CALIDAD EN EL SERVICIO”

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El concepto de Supply Chain ha cambiado y de eso ya no hay duda. Los cambios experimentados en el último tiempo y la incertidumbre que esos hechos están generando han retado y exigido a la cadenas de suministros, las cuales hoy tienen su foco en el servicio a sus clientes. Los costos operacionales -aspecto siempre importante- quedó en un segundo plano.

La experiencia de más de 20 años en empresas multinacionales y nacionales le ha permitido a Rodrigo Guallar, ingeniero civil industrial de la Pontificia Universidad Católica de Chile, gerente general de Americold Chile y presidente del Supply Chain Council Chile, contar con una mirada profunda y amplia sobre el escenario actual, los retos para la industria y los ejecutivos de la cadena de abastecimiento.
 
¿Cuáles han sido, a tu juicio, los principales cambios en Supply Chain? Sin duda todo el escenario cambió, a nivel de proveedores y de clientes. Las cadenas de suministro fueron impactadas dramáticamente y se generó un cambio de mindset relevante en todos los actores. Hoy el mercado exige disponibilidad e inmediatez y las empresas han ido tomando conciencia que por más que tengan una estructura de costos bajos, si no están al nivel del servicio esperado de los consumidores y no pueden satisfacerlo, estarán en serios problemas.
 
¿Cuáles son los hechos que se maximizaron al alero de la pandemia? La disrupción de la cadena de suministro ha sido tremenda, por diversos motivos: el aumento de la demanda y los cambios de conducta de los consumidores, especialmente vía e-Commerce, sumado a una insuficiencia estructural de contenedores para tránsito marítimo, disminución de mano de obra operativa y de transportistas, disponibilidad de espacios de bodegaje, la escasez de materiales de diversa índole, entre otros. Todo esto generó un colapso del cual aún no hemos podido recuperarnos. Otra consecuencia negativa ha sido la gran alza de los costos logísticos, especialmente en los valores de fletes marítimos y de almacenaje. Como paréntesis, considerando todo lo anterior, un consejo de los expertos es negociar con sus proveedores estratégicos disponibilidad a mediano plazo, pagando más, pero asegurando capacidad y, por tanto, servicio.
 
¿Se vive una nueva logística? Sin duda. La Logística y Supply Chain pasó de ser “un mal necesario” a convertirse en un elemento crítico y clave para las compañías. Sin una cadena de suministro robusta, que se adapte a los continuos cambios del entorno, que sea eficiente en servicio y costos (en ese orden) puede significar la ruina de cualquier empresa que comercialice bienes de consumo.
 
¿La mirada está hoy en el cliente? Sí. Las tendencias de consumo han cambiado y los consumidores ya no son tan fieles a las marcas, lo que hace fundamental la calidad en el servicio como un elemento diferenciador, al momento de decidir una compra. El boom del e-Commerce y las empresas de última milla son una realidad, colocando así el foco en la disponibilidad, la rapidez y la comodidad. Por todo esto, el consumidor está más dispuesto a pagar extra y esta tendencia llegó para quedarse.
 
¿Qué acciones se toman ante las complejidades? Las cadenas de abastecimiento se están descomplejizando paulatinamente. Como, por ejemplo, muchas compañías están reduciendo el surtido o variedad de productos, pero manteniendo los días de inventario altos para maximizar la probabilidad de respuesta a la demanda. Otro ejemplo es la diversificación de proveedores. Una de las consecuencias positivas de la pandemia fue la aparición de nuevos actores en el mercado; surgieron muchos emprendimientos, como respuesta ante los problemas de abastecimiento estructural como el caso de China que han ido creciendo aceleradamente al convertirse en una alternativa muy atractiva y necesaria para poder cubrir las necesidades de los consumidores.
 
En la logística nacional ¿Cuáles son los efectos?  Uno son las saturaciones y las alzas en los tiempos de respuesta de los puertos terrestres y marítimos, así como una mínima vacancia de almacenamiento (que hoy es cercana a cero) como consecuencia de los aumentos explosivos de los niveles de inventario y de la baja inversión en nuevas bodegas. Otro efecto complejo ha sido los aumentos relevantes en los tiempos para acceder a equipos de movilidad y electrónicos en general como consecuencia de la crisis de la industria de los chips. Y por último la falta de disponibilidad de mano de obra operativa y de transportistas.
 
¿El RR.HH. es hoy una problemática para la industria logística? Uno de los grandes problemas que enfrentamos es la escasez de mano de obra operativa que afecta de manera estructural a la industria. Hoy los trabajadores son más exigentes y menos leales, por diversas razones: la alta empleabilidad actual en el rubro y las variadas alternativas de trabajo que hoy existen, el cambio generacional que potenció la pandemia en el cual optan por jornadas de trabajo más cortas, más cercanas a sus hogares y menos “sacrificadas”, sumado a todos los apoyos económicos que ha dado el gobierno. Esto ha obligado a las empresas a mejorar las rentas, entregar mayores beneficios, formalizar planes de carrera, mantener una estructura mixta apoyada en empresas de servicios de personal tercerizado, generar alianzas con institutos de formación técnica que sirvan como “semillero” para una dotación operativa más comprometida y calificada, acotar los turnos laborales, entre otras acciones, pero sin poder lograr una solución de fondo. En definitiva, la escasez y sobre exigencia del recurso humano es y seguirá siendo un gran desafío para la industria.

¿La tecnología es clave en este nuevo escenario? Es fundamental. Como ejemplo, cada vez más empresas están optando por invertir en tecnologías de automatización en sus operaciones para ir disminuyendo la dependencia de la mano de obra, con una mirada estratégica enfocada en garantizar continuidad en la operación y en optimización del servicio. Es decir, los riesgos de impactar negativamente en el top line del negocio están por sobre el ROI a nivel de costos operativos, que antaño era el indicador clave para decidir si invertir o no en estas tecnologías. Afortunadamente hoy existen variadas alternativas en el mercado y los costos asociados han ido bajando considerablemente, lo que facilita la decisión.

¿Cuáles son los desafíos en esta nueva realidad? La resiliencia de la cadena de suministro es clave y en eso debemos seguir trabajando los ejecutivos de Supply Chain. Debemos estar continuamente revisando y optimizando el diseño de nuestras redes logísticas, buscando formas de flexibilizar las capacidades estáticas y dinámicas, robusteciendo e implementando mejores procesos y sistemas de información, así como potenciando y motivando a nuestros colaboradores. Es critico lograr tener la mayor visibilidad posible sobre toda la cadena, incluidos clientes y proveedores, con los cuales es fundamental relacionarnos colaborativamente. Y por supuesto simular escenarios críticos y tener planes de contingencia que permitan responder de mejor manera ante nuevas crisis que de seguro seguirán desafiándonos. En definitiva, tenemos que estar siempre evolucionando.