Con cámaras inteligentes y algoritmos avanzados, esta tecnología está revolucionando los centros de distribución en América Latina. TRG Boreal lidera esta transformación, demostrando cómo la automatización basada en inteligencia visual mejora la eficiencia, la trazabilidad y el control de calidad en tiempo real.
En un contexto donde la velocidad, la trazabilidad y la eficiencia ya no son ventajas competitivas, sino condiciones necesarias para sobrevivir, la tecnología se ha convertido en el verdadero motor de transformación para las operaciones logísticas. En este escenario, la visión artificial emerge como una de las herramientas más disruptivas, con un potencial que apenas comienza a desplegarse.
Durante la novena edición de la feria Logistec Show, Fabián Audisio, vicepresidente de Ventas para Latinoamérica de TRG Boreal, compartió su mirada sobre cómo la combinación entre inteligencia artificial (IA), procesamiento de imágenes y visión computacional está redefiniendo los procesos en los centros de distribución de América Latina. Y no como una promesa futura, sino como una realidad que ya está en marcha.
“Nosotros venimos trabajando desde hace muchos años en procesos de automatización logística. A medida que los desarrollos tecnológicos han ido agregando nuevas posibilidades, la visión artificial ha tomado un papel protagónico”, señaló Audisio.
DE ESCANEO MANUAL A VISIÓN INTELIGENTE
Lo que antes requería escaneos manuales, contacto físico o múltiples estaciones de control distribuidas en los distintos puntos del almacén, hoy puede resolverse con cámaras inteligentes ubicadas estratégicamente. Estas cámaras, conectadas a sistemas de inteligencia artificial, son capaces de reconocer, aprender y actuar en tiempo real, sin necesidad de intervención humana.
Gracias al avance exponencial en procesadores y al desarrollo de modelos de IA más rápidos y precisos, ahora es posible realizar tareas complejas como conteos masivos, ingresos automáticos al inventario y hasta controles de calidad, con una velocidad y nivel de detalle que superan al ojo humano.
“Puedes tener cámaras que leen códigos aunque estén dañados o mal posicionados, e incluso colocados desde abajo para registrar códigos en cajas apiladas a gran velocidad”, explicó el ejecutivo y recalcó que las posibilidades son tan amplias como transformadoras.
APLICACIONES PRÁCTICAS CON IMPACTO DIRECTO EN LA EFICIENCIA
Uno de los grandes diferenciales de la visión artificial es su capacidad para aportar valor en distintos puntos de la operación, desde la recepción de mercancías hasta el despacho final. Por ejemplo, al integrarse con cintas transportadoras, estos sistemas pueden realizar conteos automáticos y simultáneos de diversos tipos de bultos.
“Hoy podemos enseñarle a los sistemas a diferenciar cajas chicas sobre cajas grandes y clasificar, por ejemplo, 4.000 cajas chicas, 2.000 medianas, 400 sobres y 80 bolsas, todo en forma automatizada”, detalló Audisio.
Este tipo de tecnología permite reducir tiempos de procesamiento, eliminar errores humanos y aumentar la trazabilidad de cada unidad, lo que se traduce en ahorros operativos, mayor seguridad y una mejora significativa en la calidad del servicio.
Además del conteo, estas soluciones permiten medir y dimensionar con precisión cada paquete que ingresa o sale del centro de distribución con una ficha completa de cada unidad: dimensiones, peso, código único, tipo de empaque y estado físico.
Cuando la experiencia del cliente es tan importante como el producto en sí, la visión artificial aporta además una ventaja crítica: el control de calidad. Gracias al entrenamiento de los algoritmos, las cámaras pueden identificar daños, roturas, manchas, presencia de humedad u otros defectos visibles, y activar alertas o rechazar automáticamente los productos antes de que salgan al cliente final.
“Hoy puedes detectar paquetes rotos, manchados o con humedad, y asegurarte de que el cliente no reciba un producto defectuoso”, explicó el ejecutivo. “Esto no solo mejora la experiencia del cliente, sino que minimiza devoluciones y retrabajos, dos factores que impactan directamente en los costos operativos”, agregó Fabián.
LOS DESAFÍOS DE LA ADOPCIÓN: MÁS ALLÁ DE LA TECNOLOGÍA
Como en toda transformación profunda, la adopción de la visión artificial también presenta desafíos. Fabián Audisio los divide en tres niveles: técnico, humano y económico. A nivel técnico, las principales barreras están relacionadas con la integración de estos sistemas con los softwares de gestión ya existentes en las compañías: WMS, ERP, TMS, etc.
El componente humano es igual de importante. La incorporación de nuevas tecnologías exige una nueva forma de trabajar y de relacionarse con los procesos. Los equipos deben entender el valor estratégico de estas herramientas, aprender a interpretarlas y adaptarse a nuevas dinámicas operativas.
Por último, está el desafío económico. Si bien la inversión inicial puede parecer alta, el retorno es claro y medible. En muchos casos, la incorporación de visión artificial requiere menos cámaras que los tradicionales escáneres distribuidos por todo el almacén.
Uno de los temas más sensibles cuando se habla de automatización es el impacto en los puestos de trabajo. Desde TRG Boreal, la visión no es eliminar empleos, sino reorientarlos hacia tareas más estratégicas y de mayor valor agregado.
“No lo veo como una amenaza per se, pero sí como un llamado de atención. Muchos trabajos se van a reconvertir”, advirtió Audisio. “Quizás haya menos operarios haciendo picking porque el picking se va a robotizar, pero se necesitarán más personas en tareas de empaque o control de salida de pedidos”, agregó.
En este sentido, la capacitación y la formación continua se vuelven claves. Las empresas, los centros de formación técnica y los gobiernos deben anticiparse al cambio, preparando a las personas para desempeñarse en entornos cada vez más digitalizados y conectados.
UN FUTURO INEVITABLE
TRG Boreal, con presencia en múltiples países de América Latina, se ha posicionado como uno de los referentes tecnológicos en soluciones para la cadena de suministro y por lo tanto entiende que la visión artificial no es una moda ni una tendencia pasajera: es una tecnología que se integra naturalmente a la evolución del ecosistema logístico. Su combinación con otras soluciones como el Internet de las Cosas (IoT), el blockchain, los sistemas de picking automatizado, las plataformas de análisis predictivo y los softwares de gestión inteligente, está dando forma a una nueva era en la logística.
“Yo creo que en dos o tres años no va a haber ninguna compañía logística que no esté pensando en incorporar visión artificial en sus procesos”, proyectó Audisio. El camino hacia una logística más inteligente, sostenible y eficiente ya comenzó. Y aunque aún hay desafíos por resolver, el potencial de la visión artificial es tan contundente como inevitable.
“El avance de la visión artificial, de la mano de la inteligencia artificial y las nuevas cámaras, hará que ninguna compañía logística pueda quedarse afuera. La clave está en integrar hoy lo que será indispensable mañana”, enfatizó Fabián.