PRESENTE Y FUTURO DE LA LOGÍSTICA CHILENA: ¿CÓMO LA PANDEMIA REDEFINIÓ LA OPERACIÓN Y PLANTEÓ NUEVOS DESAFÍOS?

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1191 días en alerta sanitaria por Covid-19. Durante este tiempo, la vida cambió y todos -sin excepción- se adaptaron a las características del mundo pandémico. Sin embargo, las cadenas de suministro fueron tremendamente exigidas, obligando a repensar estrategias y a rediseñar operaciones. ¿Qué aprendió la logística chilena? ¿Cuáles son los desafíos que tiene la industria chilena? 

No hay dudas de que la gestión eficiente de la cadena de suministro se ha convertido en un factor clave para el éxito de las empresas en todo el mundo. Sin embargo, el camino hacia esa eficiencia no ha estado exenta de desafíos y retos importantes que han remecido a la industria, llegando incluso a redefinir las operaciones y su rol. 

Los últimos años no han sido fáciles y han estado llenos de cambios significativos en el campo de la logística y la cadena de suministros. La pandemia de Covid-19, los avances tecnológicos y las preocupaciones medioambientales han sido factores que han llevado a una reevaluación profunda de las estrategias y prácticas tradicionales.

Un hito clave que remeció las cadenas de suministros en Chile fue el inicio de las cuarentenas sanitarias anunciadas por las autoridades de salud. A más de tres años de ese momento, la Organización Mundial de la Salud puso fin a la alerta sanitaria que regía hace 1.191 días, por lo que hoy es el momento perfecto para analizar lo aprendido.  

¿Pero qué aprendimos en estos más de mil días de emergencia sanitaria? Hoy queremos entender estos procesos de cambios, comprender el momento que se vive en términos operacionales y los desafíos que ha significado para algunas compañías responder a este cambio de ritmo logístico, obligando a muchos a repensar la forma en que gestionan sus operaciones. ¿Cuál ha sido el alcance de este cambio de estrategia?

RESILIENCIA Y AGILIDAD: PALABRAS CLAVES

Para muchos estos más de mil días fueron un reto, principalmente por la falta de preparación y flexibilidad de sus operaciones. Así, el denominado tiempo pandémico estuvo marcado por dos conceptos que se transformaron en ejes centrales de las cadenas de suministros: agilidad y resiliencia. 

Ambos conceptos reflejan el modo de operar en medio de la incertidumbre, dejando en claro que tanto la resiliencia como la agilidad son fundamentales para una cadena de suministro robusta. Las interrupciones en la producción, las restricciones comerciales y la escasez de suministros han llevado a una mayor atención en la creación de cadenas de suministro flexibles y adaptables. Las empresas están diversificando sus proveedores, invirtiendo en tecnologías de seguimiento en tiempo real y adoptando enfoques más colaborativos con sus socios comerciales para mitigar los riesgos y responder rápidamente a los cambios en la demanda y el entorno.

Otro de los componentes que en tiempos tormentosos tomó fuerza fueron las Tecnologías Disruptivas, donde la digitalización y automatización fueron los impulsores de transformaciones y cambios en supply chain. El uso de tecnologías como el Internet de las cosas (IoT), la inteligencia artificial (IA) y la analítica de datos ha permitido una mayor visibilidad y control en cada etapa de la cadena de suministro. Desde el seguimiento de inventarios en tiempo real hasta la optimización de rutas y la gestión predictiva de la demanda, estas herramientas han mejorado la eficiencia operativa y la toma de decisiones informadas.

Los cambios en las cadenas de suministros han sido diversos y uno de estos apunta a la sostenibilidad y responsabilidad social. La sostenibilidad se ha convertido en un factor crítico en la gestión de la cadena de suministro. Los consumidores y las regulaciones gubernamentales cada vez más exigentes están impulsando a las empresas a adoptar prácticas más responsables desde el punto de vista ambiental y social. Las empresas están implementando estrategias de cadena de suministro verde, utilizando energías renovables, reduciendo el desperdicio y promoviendo condiciones laborales justas. Además, la transparencia y la trazabilidad se están volviendo esenciales, permitiendo a los consumidores rastrear el origen y las prácticas de producción de los productos que adquieren.

CHILE Y LOS CAMBIOS 

Mil días como mil años. Así de disruptivo han sido los últimos años. Los cambios que originó el mundo pandémico en las cadenas de suministros fueron enormes y dejaron modificaciones que quedaron para siempre y otros que han ido cambiando; sin embargo, hay conceptos que son claves para entender lo que es hoy la nueva logística y cuáles son los desafíos que aún quedan por enfrentar. 

Para ahondar sobre las enseñanzas, en esta oportunidad, invitamos a tres consultoras a analizar el momento actual de las operaciones en Chile y lo aprendido, pues mucho de habla en términos globales, pero considerando las particularidades de la cadena de suministro chilena es importante analizar el momento actual, lo aprendido, los retos y cómo seguir potenciando una industria que marca diferencias a nivel país. 

 ¿Cuál es el momento de la logística chilena? Ante esta pregunta, Daniel Ortega, líder de supply chain en Deloitte, aseguró que el sector ha presentado importantes avances en el último tiempo. “En términos de aspectos positivos destaca una infraestructura de transporte bien desarrollada si miramos el resto del continente latinoamericano que incluye aeropuertos, ferrocarriles, una gran extensión de carreteras y puertos marítimos, facilitando el movimiento de productos y mejorando la conectividad a lo largo del país”, afirma Ortega. 

Para Erika Bustos, manager de Strategy &amp, Operations del área Consultoría de PWC Chile, la logística chilena se ha enfocado en aumentar su productividad para “adaptarse a las nuevas demandas del mercado” y para lograr este objetivo, a juicio de la ejecutiva, ha trabajado en encontrar soluciones que mejoren la eficiencia de los procesos y reduzcan los costos operativos”. En este sentido los cambios en términos tecnológicos han sido fundamentales.

El ejecutivo también ahondó en la resiliencia que se logró durante la pandemia, demostrando la capacidad de adaptarse a las nuevas necesidades, por ejemplo, la implementación de automatización a los CD y la incorporación de otras tecnologías como AGV. AMR, Multi. Shuttles, etc. para ser más eficiente y poder cumplir en tiempo y calidad”.

En este sentido, Erika valora el aporte de las nuevas tecnologías, las cuales “han mejorado la precisión de las operaciones de almacenamiento y preparación de pedidos. También hay otras tecnologías que han permitido un seguimiento más preciso de las etapas y procesos. 

En términos generales, la ejecutiva de PWC asegura que, en los últimos años, la logística en Chile ha experimentado avances significativos en: infraestructura, tecnología e innovación. Esto ha permitido un movimiento más eficiente tanto dentro como fuera del país, se ha logrado optimizar las operaciones logísticas, reduciendo su impacto ambiental y promoviendo la sostenibilidad. Sin embargo, a pesar de estos logros todavía existen desafíos que requieren atención”. 

Josue Ojeda, principal CEO de Restructurate coincide en el avance que ha tenido la logística nacional en los últimos años, situación que -a su juicio- continuará, de la mano de “la incorporación de la tecnología y la digitalización que se han convertido en un elemento central del manejo de flujos, procesos e información que permite optimizar la cadena”. 

A juicio de Ojeda, los cambios en la logística en Chile “reflejan la búsqueda de mayor eficiencia, competitividad y sostenibilidad en la gestión de la cadena de suministro. La digitalización, la mejora de la infraestructura, el desarrollo de centros logísticos y la colaboración entre los actores claves indican que en la región”.  

TAREAS PENDIENTES

No obstante, a pesar de lo avanzado, los desafíos de la logística chilena no son pocos. La masificación de incorporación de tecnologías, la estandarización de ciertas etapas logísticas que agilicen los procesos son algunos de ellos. 

Daniel OrtegaPor su parte, el líder de Supply Chain en Deloitte apunta a la presión que existe por la trazabilidad digital y el aumento de la eficiencia dentro de la cadena como algunos de los desafíos. También, la sostenibilidad y el impacto ambiental, como la reducción de emisiones o la optimización de rutas, es -según Ortega- una mirada en la que aún está al debe el sector logístico chileno. 

Un factor no menor, a juicio de Erika Bustos es el desafío de la diversificación de los modos de transportes, ya que “en gran medida la logística en Chile depende en exceso del transporte por carretera. Además, es necesario mejorar la última milla, especialmente, en áreas remotas o de difícil acceso, considerando los desafíos que implica la geografía del país”. 

Adicionalmente, la ejecutiva enfatiza en que hoy el sector logístico se enfrenta a la importante tarea de “optimizar sus procesos, disminuir los tiempos de espera (lead time) y reducir los costos operativos. Esto implica lograr una gestión eficiente de los recursos, permitiendo así mantener y operar con eficacia en un entorno logístico en constante cambio”. 

Con una mirada más global y considerando aspectos públicos, el Principal CEO de Restructurate reconoce entre los desafíos de la industria, “la fragmentación geográfica, las complejidades de los trámites aduaneros, la colaboración público-privada, las mejoras en infraestructura que aunque se tiene grandes avances no contar con una red ferroviaria que cubra todo el país es una desventaja, entre otros aspectos, sin embargo el desafío más importante se encuentra en la capacitación y formación de talento”. 

IMPULSO A LA CHILENA

Potenciar la logística en Chile es quizás uno de los principales deseos de los actores de la industria y de autoridades estatales. Los beneficios que una cadena de suministro bien aceitada tiene para el desarrollo y la economía a nivel país son indiscutibles y por eso, todos están en busca de acciones, mecanismos, procesos y mejoras que permitan potenciar el funcionamiento de la logística chilena. 

Erika BustosEn cuanto a las acciones, Bustos destaca algunas que contribuirían a potenciar la industria, fortaleciendo su competitividad y mejorando la eficiencia: “mejorar y expandir la infraestructura logística, incluyendo puertos, carreteras y ferrocarriles con el objetivo de facilitar el movimiento de mercadería y reducir los tiempos de espera, fomentar la inversión en tecnología, estimular la innovación y la digitalización mediante el apoyo en startups y la implementación de soluciones disruptivas que optimicen los procesos logísticos y generen eficiencia y ahorro de costos, promover el desarrollo de proyectos y políticas entre el sector público y privado, impulsar la internacionalización de la industria logística chilena y, por último, invertir en formación y capacitación de profesionales en logística”. 

A este respecto, Daniel Ortega comenta que las medidas para empujar el desarrollo del sector serían: “que las empresas cuenten con una adecuada visualización end-to-end de la cadena es clave y para eso existen tecnologías que hay que seguir expandiendo en Chile como IOT e Inteligencia Artificial. También es importante potenciar la implementación de Torres de Control, las cuales mediante el uso de datos históricos y en tiempo real permiten generar alertas predictivas que ayudan a la toma de decisiones analíticas y operativas.

Una de las tareas pendientes y que puede marcar diferencias es que las empresas logren un equilibrio entre eficiencia, resiliencia y agilidad. Con esto nos referimos a contar con una operación logística que logre compatibilizar el deseo de reducir costos de inventario, manteniendo altos niveles de servicio, con una que reduzca los riesgos de quiebre de stock y que a la vez permitan innovaciones que proporcionan mayor flexibilidad en la operación logística. 

Para Erika, en tanto, es necesario que la industria siga trabajando en la adaptabilidad, “dado que nos encontramos en un entorno en constante cambio”. Además, llamó a estar atentos a las nuevas tecnologías que surgen en el mercado y aprovecharlas en beneficio de nuestra industria. 

Ambos ejecutivos coinciden en la necesidad de seguir adaptando prácticas más responsables en términos de Sostenibilidad y Medioambiente. Además, el sector debe aprender a trabajar de manera colaborativa y cooperativa con todos los actores involucrados en la cadena de suministro, reconociendo que la colaboración es fundamental para lograr un funcionamiento más eficiente y efectivo. 

“Una colaboración más estrecha entre las empresas y sus proveedores permitiría contar con una mayor transparencia a través de la cadena de suministro, permitiendo actuar de forma más coordinada. La colaboración además brindaría un intercambio de información que permitiría alinear los intereses de los clientes con la oferta de la empresa”, asegura Daniel Ortega de Deloitte.  

En tanto, Josue Ojeda asegura que la industria seguirá innovando, porque es factible seguir encontrando oportunidades de mejora en la resiliencia ante las crisis para poder adaptarnos más rápido a los imprevistos. Pero el aspecto más relevante es conocer de personas; ya que somos personas comunicándonos, vendiendo, entregando y satisfaciendo a otras personas, por lo que considero que esto es lo más importante para aprender como industria”.

Finalmente, Erika nos define lo que a su juicio sería el escenario óptimo de la logística chilena. “El escenario óptimo sería aquel en el que se logra una cadena de suministro altamente eficiente, basada en la innovación, sostenible y bien conectada”. 

LO APRENDIDO Y EL FUTURO

Si bien no se puede predecir el futuro con certeza, algo se puede vislumbrar, quedando así en evidencia lo aprendido y lo que queda por avanzar, apuntando a lo que serán los próximos cambios en la cadena de suministro.

josue ojedaInteligencia Artificial (IA) y Machine Learning (ML): La IA y el ML continuarán desempeñando un papel crucial en la cadena de suministro. Estas tecnologías permiten la automatización de tareas repetitivas, la optimización de la planificación y la toma de decisiones basada en datos en tiempo real. Además, la IA y el ML pueden ayudar en la detección temprana de problemas, la gestión de riesgos y la identificación de patrones y oportunidades de mejora.

Blockchain: La tecnología blockchain tiene el potencial de transformar la transparencia y la trazabilidad en la cadena de suministro. Al permitir el registro seguro y descentralizado de transacciones, se puede mejorar la confianza y la autenticidad de la información en toda la cadena. Esto es especialmente relevante para la trazabilidad de productos, la gestión de contratos y pagos, así como para la prevención de fraudes y falsificaciones.

Internet de las Cosas (IoT): El IoT seguirá creciendo en importancia en la cadena de suministro, con la interconexión de dispositivos y sensores en tiempo real. Esto permitirá la monitorización continua de las condiciones de almacenamiento y transporte, la gestión eficiente de inventarios y la optimización de rutas y tiempos de entrega. Además, el IoT facilitará la recopilación de datos valiosos para el análisis y la toma de decisiones basadas en información precisa.

Sostenibilidad y economía circular: La sostenibilidad seguirá siendo una preocupación central en la cadena de suministro. Las empresas se esforzaron por reducir su huella ambiental, adoptando prácticas de fabricación y logística más sostenibles, así como enfocándose en la economía circular y el reciclaje. Además, es probable que los consumidores demanden cada vez más productos eco-friendly y transparentes en términos de impacto ambiental.

Personalización y experiencia del cliente: Con la creciente demanda de productos personalizados y la competencia en la experiencia del cliente, las empresas deberán adaptar sus cadenas de suministro para cumplir con estas expectativas. La capacidad de ofrecer productos y servicios personalizados en tiempos de entrega rápidos se convertirá en un diferenciador clave en el mercado. La tecnología desempeñará un papel fundamental en la agilidad y la flexibilidad necesarias para lograr esta personalización.

Estas son solo algunas de las tendencias que podrían influir en los próximos cambios en la cadena de suministro. A medida que avanza la tecnología y surgen nuevas necesidades y desafíos, la adaptabilidad y la innovación seguirán siendo fundamentales para mantener una cadena de suministro competitiva y eficiente.