STG, especialistas en soluciones tecnológicas, resalta la importancia de integrar dispositivos robustos y plataformas móviles inteligentes para lograr operaciones más conectadas, seguras y eficientes, con toma de decisiones en tiempo real y continuidad operativa.
El sector de energía y servicios públicos en América Latina se encuentra en plena transformación, impulsado por la necesidad de garantizar servicios más eficientes, seguros y sostenibles. En países como Perú y Chile, donde los territorios son extensos y las condiciones climáticas y geográficas pueden ser desafiantes, el rol de los técnicos en campo es clave para asegurar la continuidad operativa. Lograr su éxito, sin embargo, implica superar múltiples obstáculos, desde la seguridad hasta la conectividad.
Retos en campo: entre el clima y la transformación digital
Hoy más que nunca, los técnicos que trabajan en terreno enfrentan un entorno complejo: interrupciones inesperadas, eventos climáticos extremos, brechas en conectividad y la necesidad constante de adaptarse a nuevas plataformas digitales. Los cinco principales desafíos operativos, de acuerdo con el informe de Zebra Technologies sobre el futuro de las operaciones en campo, incluyen:
- • Optimizar tiempos de respuesta (42%)
• Trabajar en condiciones climáticas adversas (35%)
• Garantizar la seguridad personal (33%)
• Adoptar nuevas tecnologías (32%)
• Responder con agilidad ante cortes de servicio (31%)
Desde Perú, Ulrich Reiser, Country Manager de STG, enfatiza: «La tecnología robusta en campo no solo permite reaccionar mejor ante emergencias, sino anticiparse a ellas. Cuando dotamos a los técnicos de herramientas que funcionan incluso en los entornos más hostiles, estamos fortaleciendo toda la cadena de servicio y acercándonos a un modelo más inteligente y resiliente».
En Chile, la Superintendencia de Electricidad y Combustibles (SEC) ha impulsado la digitalización del monitoreo en terreno, especialmente tras eventos climáticos extremos como incendios forestales y aluviones, que afectaron la infraestructura eléctrica en diversas regiones del país.
El auge de los dispositivos robustos
Para enfrentar estos retos, las empresas están apostando por soluciones tecnológicas de movilidad. Actualmente, el 48% de las compañías del sector ya utiliza tabletas robustas. Se espera que esta cifra alcance el 80% en el próximo año. Además, el 89% de las organizaciones planea integrar teléfonos inteligentes resistentes en sus operaciones dentro de los próximos tres años.
En Perú, esta tendencia se refleja en la modernización de operaciones de diversas empresas distribuidoras de energía. Estas han comenzado a digitalizar los procesos de supervisión y mantenimiento, reduciendo el uso de papel y priorizando aplicaciones móviles conectadas a sistemas SCADA (Supervisión, Control y Adquisición de Datos) y GIS (Sistemas de Información Geográfica).
Seguridad, productividad y calidad de vida
El impacto de esta transformación no es solo económico. Las organizaciones reportan mejoras en la satisfacción del personal, menores costos operativos y una disminución en los niveles de exposición a riesgos. El informe de Zebra también señala que:
- • 56% de las empresas que implementaron tecnología móvil reportaron mayor productividad
• 49% mayor precisión
• 41% mejor disponibilidad de equipos
«Contar con acceso en tiempo real a información desde cualquier lugar es vital. Los técnicos hoy pueden llegar más rápido a su destino, con mayor claridad sobre el problema, y resolverlo de forma más segura y eficiente», añade Ulrich Reiser. «Esto no solo mejora el desempeño operativo, también impacta directamente en la calidad del servicio para el cliente final».
Las compañías están dejando atrás modelos reactivos. Ahora adoptan estrategias centradas en la prevención. La combinación de analítica avanzada, inteligencia artificial y conectividad 4G/5G permite crear cronogramas más inteligentes, identificar riesgos antes de que ocurran y gestionar los recursos con mayor precisión.
El futuro del sector de energía y servicios públicos en Perú y Chile depende de su capacidad para adaptarse a los nuevos paradigmas tecnológicos. La adopción de dispositivos robustos y soluciones móviles no solo optimiza los costos. También mejora la seguridad, la productividad y la calidad de vida de los técnicos en campo. En una industria donde cada segundo cuenta, la tecnología ya no es una opción: es el camino hacia una operación sostenible y centrada en las personas.