LOGÍSTICA Y COMERCIO EXTERIOR EN CHILE: ¿IA Y TECNOLOGÍA COMO LA LLAVE DEL ÉXITO?

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Por: Antonio Herrera, gerente de Transporte Internacional de Humber

Así como si se tratara de un viaje, en lo referido a comercio exterior, Chile está en un punto de inflexión en cual, si toma los caminos correctos, puede terminar de establecerse como un importante jugador a nivel tanto regional como internacional. Si imaginamos una especie de tridente ideal de eficiencia logística, podemos afirmar que el país cuenta con al menos dos de las tres piezas necesarias: cuenta con socios estratégicos y con infraestructura. Pero entonces, ¿cuál sería el tercer eslabón que le permitiría a Chile alcanzar este objetivo?

Para comenzar, podemos afirmar que Chile tiene una economía abierta, en la que el comercio internacional representa alrededor del 61% de su PIB, según datos de Santander Trade Mark. Si observamos la información proporcionado por The Observatory of Economic Complexity, veremos que enero del 2025 el país exportó por más de US$9.900 millones e importó US$7.900 millones, generando una balanza comercial positiva de un poco más de US$2.000 millones.

Si hablamos de los socios exportadores-importadores del país en 2023, el organismo Aduanas de Chile destaca dos principales jugadores internacionales, tan importantes como diferentes: China y Estados Unidos. Sin embargo, no hace falta irse tan al norte o cruzar el Pacífico para encontrar otros valiosos socios comerciales. En este selecto grupo también figuran vecinos regionales, como Brasil, Argentina y Perú. Naciones con las que intercambia gran parte de mercaderías de forma terrestre. 

Es aquí donde se denota la importancia del país trasandino como jugador comercial en la región. Según la consultora Gleiter, en 2022 fue el tercer país de Latinoamérica que más exportó, siendo superado solamente por México y Brasil. Por otro lado, el Ministerio de Economía de Argentina indica a Chile como el segundo destino de exportación del país en la región y el cuarto a nivel mundial.

Este presente comercial que vive Chile se lo podemos adjudicar a diferentes razones: políticas económicas de largo plazo, ubicación geográfica estratégica, inversiones públicas-privadas, entre otras. Pero hay una cualidad a destacar y es la de la infraestructura logística del país.

Por un lado, algo que diferencia a Chile de algunos de sus vecinos es que cuenta con varios puertos con otra clase de infraestructura y de un calado más profundo, como Talcahuano y Valparaíso. Son puertos que pueden recibir embarcaciones de mayor tamaño que no llegan a otros países de la región. Esto le facilita a exportadores e importadores mejorar costos y transportar mercadería especial a la que de otra manera no podrían acceder.

Pero también Chile es, según algunos estudios, el país que cuenta con las mejores carreteras de América Latina. Tanto el Banco Mundial, como el Informe Global de Competitividad del Foro Económico Mundial, lo distinguen como el país con mejor infraestructura en esta materia. A su vez, de acuerdo con Ipsos y el Índice Global de Infraestructura 2024, siete de cada diez personas están satisfechas con las autopistas y la red de carreteras en Chile. Por último y como dato de color, el medio inglés BBC destacó la carretera austral chilena entre las 6 carreteras "más extraordinarias" del mundo.

Esta combinación de infraestructura marítima-terrestre, sumado a los más de 30 pasos fronterizos comerciales con Argentina, Perú y Bolivia, establecen a Chile como una pieza fundamental del comercio regional.

Entonces, con todas estas virtudes a su favor, ¿qué es lo qué le está faltando a Chile para terminar de consolidarse en este rubro? Esa tercera pieza del tridente de eficiencia logística que mencionamos en un principio es la implementación de nuevas tecnologías: inteligencia artificial, machine learning, automatización y digitalización de los procesos. Quienes estamos involucrados en la logística internacional debemos impulsar el uso de este tipo de herramientas, con el fin de brindar servicios que maximicen la eficiencia de costos y tiempos, mejorando la calidad.

También debemos procurar mejorar la experiencia de usuario de los clientes que utilizan nuestros servicios. Impulsar el uso de plataformas que les permitan a las personas simplificar procesos, gestionar envíos, monitorear viajes, mejorar la comunicación entre dadores de carga y transportistas, agregar transparencia a los procesos y visibilizar la información en cada etapa de la cadena.

Este último punto facilita la trazabilidad, con la que se puede medir la huella ambiental de cada eslabón de la cadena de producción. Información vital, en un mercado en el cual el 71% de los consumidores con conciencia ambiental están dispuestos a pagar más por productos que ofrezcan trazabilidad, según revela un reciente informe de IBM.

La implementación de la IA en la logística, como en casi todas las industrias, merece un párrafo aparte. Conocemos diversos casos de éxito, como el de la startup HappyRobot, orientada a la automatización en cotización y gestión de flotas. También la española-estadounidense ZeroError, que tiene la capacidad de detectar desvíos y recalcular automáticamente la planificación de la demanda. Centralizar todas estas funciones en un mismo servicio que funcione como un middleware, parece ser el próximo paso.

Queda claro que si la logística chilena concreta su transición hacia la transformación tecnológica, el mercado regional ofrece una oportunidad de crecimiento enorme. Depende de nosotros pisar el acelerador y brindar las soluciones digitales para hacer más eficiente el transporte de mercadería desde y hacia Chile.