PROYECCIONES ECONÓMICAS: ¿QUÉ PODEMOS ESPERAR EN 2020?

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Aunque el consumo interno disminuye, el mundo sigue consumiendo cobre, alimentos y madera, incluso, más que antes. Es cierto, en general, exportaciones e importaciones se han reducido, pero la industria logística puede salir adelante, con una estrategia que ayude a manejar los costos de flete y seguro internacional.

 

Un año tibio, acotado y discreto en crecimiento. Así describe 2020 Eduardo Valente, socio líder en Consultoría de Negocios y Tecnología de EY. “La mayoría de los inversionistas están esperando ver qué pasa con temas bastante importantes, como el Brexit, la guerra comercial entre Estados Unidos y China, la economía de Alemania y otros países de Europa y, claro, con el plebiscito sobre la Constitución en abril”, explica.

Coincide en este aspecto el jefe de las carreras Comercio Exterior y Logística del IP-CFT Santo Tomás, Roberto Zúñiga, quien cree que la incertidumbre podría afectar mercado local, debido a la disminución de confianza por parte de consumidores y empresarios. “A ello se suman bajas expectativas de crecimiento: nuestro Ministro de Hacienda Ignacio Briones habla de un PIB en torno a entre el 2% y el 2,5% para 2020”, recuerda el académico.

Además, de los efectos de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, ahora entra en juego la reciente incursión militar norteamericana sobre Irán, la que podría afectar el precio mundial del petróleo, es decir, Chile podría experimentar un mayor costo del combustible y ver afectado el tipo de cambio, lo que, en definitiva, afecta el transporte y la cadena de suministro, según Roberto Zúñiga.

REGLAS CLARAS

Pero, no todo es tan negro: una posible tregua en la guerra comercial entre China y Estados Unidos podría reimpulsar el precio de ciertos commodities, entre ellos el del cobre, nuestro principal producto de exportación. Así y todo, en la medida en que las reglas estén claras y existan certezas desde el punto de vista regulatorio, podrían esperarse mayores inversiones que estimulen el crecimiento de la economía. “Esto, sumado a la expansión monetaria, podría generar crecimiento, aunque menor a lo que podríamos haber esperado en un año normal”, comenta el especialista en comercio exterior y logística.

Esta opinión la comparte el especialista de EY, quien hace hincapié en que la situación macro económica mundial -que marca la pauta frente al apetito por riesgo del inversionista- trae aparejado el hecho de que la estabilidad política y económica ya no es la de antes. “Hay muchas oportunidades de inversión en nuestro país, no obstante, durante los próximos 18 o 24 meses habrá mucha incertidumbre”, añade el especialista de EY.

El panorama no es tan gris como parece. Mientras el consumo interno disminuye, el mundo sigue consumiendo cobre, alimentos y celulosa/madera, incluso, más que antes, lo que es una buena noticia para Chile. Ahora, ¿en qué pie se encuentra la cadena de suministro? “Después de los impactos inmediatos en la balanza comercial debido al 35% de reducción en las exportaciones e importaciones y la fuerte desvalorización y oscilación del peso chileno, es natural que existan impactos directos en la cadena de suministro”, afirma Eduardo Valente.

Aunque tendemos a pensar que un alza en el dólar, en general, tiene impactos positivos en las exportaciones, es importante considerar la relación entre el comercio exterior y la infraestructura logística, con los costos que involucran suministros, producción, almacenaje y distribución. “Hay que definir una estrategia de cómo manejarlo, por ejemplo, en los costos de flete y seguro internacional que, usualmente, son contratados en moneda extranjera.

Este mismo factor impacta los costos de importaciones, que últimamente será traspasado al consumidor final que pagará más por el mismo producto y con efectos en reducción de oferta por capacidad productiva restringida”, acota el socio líder en Consultoría de Negocios y Tecnología de EY.

Sin duda, estos efectos podrán afectar a la población, por lo que serán los focos de atención para el Gobierrno, pero también para los privados. Aunque, claro está, toda crisis representa una oportunidad y, en esta en particular, cae de cajón aprovechar las ventajas de la automatización y la tecnología, para capacitar y reestructurar los modelos operativos, ayudándoles a ser más productivos y, al mismo tiempo, a minimizar los impactos, según Eduardo Valente.

CÓMO VIENE LA INVERSIÓN

El jefe de las carreras Comercio Exterior y Logística del IP-CFT Santo Tomás, Roberto Zúñiga, pone las fichas en el sector construcción donde se espera que las inversionees contribuyan a mejorar levemente el consumo, lo mismo en minería. “Sin embargo, debido a la contingencia y, sobre todo, por los niveles de violencia vistos luego del estallido social, es muy probable que la inversión privada no minera se contraiga, debido a la pérdida de la confianza de los empresarios. El Banco Central estimó un descenso de 4% en las inversiones privadas”, apunta.

Ante el cambio en el escenario macroeconómico, un marco regulatorio claro será indispensable en 2020, pero también los ojos están puestos en el empleo, que claramente se está resintiendo. “La tasa de desempleo podría llegar a cifras de dos dígitos, a menos que existan cambios en la oferta. De todas formas, la experiencia indica que los países que han transitado por episodios de estallido social han logrado acotar los impactos en la actividad económica y el empleo, en la medida que existe consenso en los sectores políticos, para lograr acuerdos en materias sociales y de Gobierno”, señala Zúñiga.

Comex y Supply Chain

La balanza comercial chilena terminó con un saldo de más de US$ 4 mil millones, lo que representa una cifra alentadora a pesar de la crisis social. No obstante, los vaivenes del tipo de cambio y también los factores externos, como el reciente conflicto militar entre Estados Unidos e Irán, podrían elevar el precio del petróleo y afectar al alza el tipo de cambio, lo que podría generar un encarecimiento de los productos importados, observa el académico.

En tanto, en el ámbito de las exportaciones, los principales destinos de los productos nacionales fueron China, Estados Unidos y Japón, países con los cuales tenemos acuerdos comerciales que favorecen el comercio exterior.

“Sobre la cadena de suministro, los principales desafíos vienen desde el área de la tecnología: en la última década se han desarrollado avances enormes; la digitalización, automatización, Inteligencia Artificial (IA) y la robótica aplicada a la logística marcará los próximos años”, explica el jefe de las carreras Comercio Exterior y Logística del IP-CFT Santo Tomás, Roberto Zúñiga.

En ese sentido, la logística 4.0 es el futuro. Esta revolución tecnológica aprovecha al máximo la informática avanzada y, sobre todo, el internet de las cosas o IoT. “Otro aspecto importante en la cadena de suministros que nos acompañará los próximos diez años, será la ciberseguridad. Y no menos relevante y que se complementa con la ciberseguridad es la tecnología blockchain en los sistemas de información”, afirma el especialista.

Finalmente, sobre las tendencias para 2020, claramente, la logística debe dar respuesta a temas cada vez más complejos. “Las últimas tendencias indican un desarrollo del e-commerce como modelo de negocios, integrando aspectos del comercio exterior y logística. La robótica, la inteligencia artificial, el big data, la visibilidad de la cadena de suministro y la integración de sus componentes serán las tendencias que marcarán lo que viene”, señala Zúñiga.

Asimismo, le profesional pone sobre la mesa a la logística inversa y la logística verde, que adquieren cada vez más importancia frente a los efectos del calentamiento global. “Acá es relevante el apoyo del Estado con políticas públicas que contribuyan y estimulen el uso de tecnologías amigables con el medio ambiente, como optimización del transporte, uso de vehículos eléctricos, embalajes respetuosos del medio ambiente, optimización de energías y otras tendencias en logística sostenible”, concluye.

Si bien estamos de acuerdo en que el 2020 será un año de incertidumbres a raíz del estallido social, también puede ser una oportunidad para impulsar cambios en una logística y cadena de suministros más eficiente y amigable con el medio ambiente.

Latinoamérica crecería 2,5% durante 2020

En la consultora organizacional Trust Corporate esperan un crecimiento moderado a nivel global, cercano al 2,7%, donde las economías avanzadas crecerán aproximadamente un 1,5% y las emergentes entre un 4,6 y 4,8%.“Ante este panorama de crecimiento mesurado los gobiernos deberán buscar vías para fortalecer la inversión privada, aumentar la productividad y generar posibilidades de financiamiento barato, a las que las personas puedan acceder fácilmente, para así lograr activar e impulsar el aparato productivo del respectivo país”, explica James Hernández, el presidente de la consultora Trust Corporate.

A continuación, el especialista desglosa su visión económica regional:

1. Asia: Se espera una desaceleración de la economía, con un crecimiento que por primera vez estará bajo el 6%. China será el país más importante de la zona, desde el punto de vista económico, y a pesar de que desacelerará respecto a 2019, su crecimiento estaría por encima del promedio de la región con un 6,1%.
 
2. América Latina y el Caribe: Existe una muy buena perspectiva para el año que comienza, donde se prevé una recuperación importante del 2,5%. Los países que más crecerán serán Colombia (3,5%), Chile (3,1%), Brasil (2,5%) y México (2%). “Se espera que Brasil de un salto importante, ya que en 2019 tuvo un crecimiento estimado de 1,5%, y la perspectiva global que se tiene para 2020 resulta muy significativa en cuanto a números”, detalla James Hernández de Trust Corporate.
 
El experto recomienda que los países latinoamericanos se enfoquen en mantener la tranquilidad social, para generar mayor confianza en los inversionistas nacionales y extranjeros, y así conservar un funcionamiento estable de la actividad productiva. “Cuando se interviene el orden público se ve afectada la actividad empresarial de un país y el aparato económico del estado, por ende, es inevitable que la economía resulte perjudicada”, explica.
 
3. Norteamérica: Respecto a Estados Unidos, se anticipa una disminución económica considerable, bajando el país su crecimiento de un 2,5 a un 1,7%. La Fed, Reserva Federal de Estados Unidos, ha declarado que mantendrá las tasas de interés, por lo que el costo del préstamo en el país no debería cambiar por lo pronto.
 
5. Europa: Alemania y Francia crecerán un 1,4%, mientras que España, según cifras de la OCDE, lo hará en un 1,6%. Independiente de dicho crecimiento, el país continuará con una ralentización de su economía, debido a la disminución de sus exportaciones y el aumento de las importaciones. Inglaterra, por su parte, crecerá un 1,3% según cifras del Banco de Inglaterra, lo que puede variar dependiendo de que se llegue o no a un acuerdo sobre al Brexit, y la salida del Reino Unido de la Unión Europea, situación que se deberá materializar el 31 de enero de 2020.
 
“Las perspectivas económicas se pueden ver afectados por diversos factores, como estallidos sociales e intensificación de guerras económicas, que pueden hacer que las economías se muevan según los impactos que éstas generan. Lo que ahora hemos podido apreciar con Estados Unidos y China es que con las guerras comerciales nadie gana, ya que ambos países ven desaceleración en sus respectivas economías”, concluye James Hernández.