EL BOOM DEL CONGELADO: CÓMO UN CAMBIO CULTURAL ESTÁ TRANSFORMANDO LA LOGÍSTICA DEL FRÍO

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El congelado dejó de ser una opción de emergencia para transformarse en un símbolo de bienestar, innovación y experiencia. Impulsado por consumidores que buscan practicidad sin sacrificar calidad, este cambio cultural está redefiniendo la industria y exigiendo a la logística del frío nuevos niveles de precisión, sustentabilidad y tecnología para sostener un mercado en pleno auge.

 

Durante décadas, los productos congelados estuvieron asociados a la rapidez, a lo básico, a lo que resolvía la comida cuando no había tiempo ni ganas de cocinar. Pero esa imagen pertenece a otro tiempo. Hoy, el congelado representa innovación, bienestar y experiencia. Ya no es una solución de emergencia, sino una opción consciente, alineada con estilos de vida modernos, donde la conveniencia y la calidad conviven.

La revolución del congelado se alimenta de múltiples factores: nuevos hábitos de consumo, avances tecnológicos, una revalorización del tiempo y una apertura cultural sin precedentes hacia los sabores del mundo. Las nuevas generaciones lideran esta transformación: buscan alimentarse mejor, pero sin complicarse; exigen transparencia, valoran la sustentabilidad y quieren productos que equilibren sabor, salud y placer.

Guillermo Munoz“El consumo de productos refrigerados y congelados ha crecido sostenidamente durante los últimos años en el país”, comenta Guillermo Palacios, gerente de Supply Chain de Minuto Verde. “Esto viene de la mano de un cambio en nuestros hábitos de alimentación, un ritmo de vida cada vez más vertiginoso y la búsqueda de simplicidad y rapidez al momento de consumir alimentos, tanto en nuestros hogares como fuera de ellos”, comenta.

A esa visión se suma Guillermo Muñoz, subgerente de Logística de Agrosuper, quien coincide en que el crecimiento ha ido acompañado de un fuerte desarrollo de infraestructura. “En los últimos años, el sector ha experimentado un aumento de capacidad logística de almacén sin precedentes. En Chile, las posiciones de operación de congelados pasaron de 450 mil en 2023 a 630 mil proyectadas para fines de 2025, un 40% más, principalmente en las zonas centro, Concepción y Puerto Montt”, destaca.

Lo que está ocurriendo no es una simple alza en ventas, sino un cambio cultural. Las góndolas ya no exhiben solo vegetales o pizzas genéricas, sino platos de autor, postres saludables, proteínas premium y comidas internacionales listas para preparar. Según el estudio The Future of Frozen Food 2025, elaborado por Conagra Brands, la industria estadounidense de alimentos congelados alcanza los USD 91.300 millones, representando el 39% del mercado global.

Casi una de cada tres compras en supermercados incluye al menos un producto congelado, y cerca de la mitad de los hogares en EE.UU. ya cuenta con un segundo freezer. Estas cifras reflejan una expansión que trasciende fronteras y que también se siente en Latinoamérica, donde la categoría gana terreno de forma sostenida.

CONSUMO INTELIGENTE Y TECNOLOGÍA AL SERVICIO DEL SABOR

La conveniencia sigue siendo el principal motor de compra, pero hoy es potenciada por la tecnología. Electrodomésticos como el air fryer, los microondas duales o los hornos inteligentes han abierto una nueva etapa para el segmento, al mejorar la textura, el sabor y la rapidez de cocción. La popularidad de los air fryers ha crecido un 22%, impulsando la venta de productos especialmente diseñados para este tipo de preparación, una categoría que supera los USD 6.100 millones en ventas globales, según Conagra Brands.

El consumidor actual ya no busca solo comida rápida: exige experiencias gastronómicas en casa. El estudio identifica un crecimiento notable de las llamadas Elevated In-Home Experiences, con un aumento de 25.6 mil millones de ocasiones de consumo en el hogar respecto de la era pre-pandemia. Las personas quieren recrear la experiencia de restaurante desde su cocina.

Los Millennials y la Generación Z son protagonistas de este cambio. A medida que forman familia, incrementan su gasto en productos congelados en un 54%, y muestran una preferencia marcada por comidas globales, saludables y sostenibles.

Otro punto de desarrollo en el último tiempo ha sido el canal online, cual sigue – a juicio de Palacios- en desarrollo y constante adecuación a las necesidades de los clientes y consumidores. “Ya presenta una cantidad no menor de actores en el mercado, y sin duda seguirá creciendo, según el comportamiento del consumo interno”, explica Palacios.

Muñoz complementa esta visión desde el ámbito operativo: “El desarrollo del canal online generó un mayor volumen de venta y volvió más productivas las operaciones de almacén y transporte. Nos permitió acercarnos a los canales de venta de otra forma, no solo mediante visitas presenciales, sino con más agilidad y digitalización en los procesos”.

Este crecimiento del comercio electrónico también ha traído consigo nuevas exigencias logísticas. La cadena del frío, antes limitada a supermercados y distribución mayorista, ahora debe extenderse hasta el consumidor final, con entregas rápidas, eficientes y en condiciones térmicas precisas.

UNA LOGÍSTICA QUE NO PUEDE FALLAR

La evolución del consumo congelado ha puesto en primer plano la logística como pilar estratégico. No se trata solo de mover productos a temperatura controlada, sino de garantizar trazabilidad, inocuidad, eficiencia y disponibilidad en una cadena que no admite errores.

“La logística en condiciones de temperatura controlada ha jugado un rol clave en el desarrollo de estas categorías”, afirma Palacios. “Este tipo de productos exige de un resguardo permanente de las condiciones ambientales y de inocuidad alimentaria altamente desafiantes”, agrega.

Guillermo PalaciosEn tanto, el ejecutivo de Agrosuper profundiza en los retos estructurales: “Uno de los principales desafíos es expandir la red logística hacia el norte del país, y no concentrarla solo en el centro y sur. Además, es clave contar con una distribución diversificada en tipo de camión, que permita cobertura a todos los canales de venta según su infraestructura”.

El desafío no termina en los centros de distribución. En países con geografías complejas, como Chile, la última milla se convierte en un reto logístico y financiero de gran envergadura. “Balancear un alto nivel de servicio a un costo competitivo cobra más sentido aquí que en ningún otro tipo de productos”, agrega Palacios. “Cada kilómetro recorrido tiene un alto costo, y si no se recibe el producto en el momento preciso, se rompe la cadena de frío y se pone en riesgo su inocuidad”.

Detrás de esa promesa de calidad y frescura, se esconde una ingeniería logística sofisticada. Las empresas del rubro invierten en tecnologías de monitoreo, trazabilidad y automatización, capaces de ofrecer control total sobre el trayecto del producto, desde el origen hasta la góndola. “Estamos en una era donde la revolución tecnológica es muy dinámica. Quien entienda correctamente sus procesos y adopte herramientas como la automatización o la inteligencia artificial habrá dado un paso adelante respecto de sus competidores”, señala Palacios.

El ejecutivo de Agrosuper agrega: “Las torres de control, que monitorean en tiempo real todas las etapas de nuestra cadena de valor, nos permite hacer seguimiento de la temperatura en tiempo real, por lo que se han convertido en herramientas clave para asegurar la cadena de frío. El cumplimiento normativo es la base, pero el desafío está en ser eficientes cumpliendo la norma, congelando más rápido y/o eliminando espacios que hacen perder frío”.

TECNOLOGÍA Y EFICIENCIA: EL NUEVO EQUILIBRIO

El crecimiento de la industria ha obligado a las empresas logísticas a repensar sus modelos. Los centros de distribución refrigerados evolucionan hacia la eficiencia energética, la digitalización y la sustentabilidad, mientras el transporte busca nuevas fórmulas para reducir emisiones y optimizar el uso de recursos.

Los principales desafíos logísticos -mantener temperatura, inocuidad y eficiencia- se combinan hoy con la necesidad de flexibilidad. La omnicanalidad y la expansión del canal online exigen redes más ágiles, escalables y conectadas. “Las tendencias logísticas actuales están enfocadas en capturar los beneficios de las nuevas tecnologías”, afirma Palacios. “La automatización, la optimización de capacidades de almacenamiento y la adaptación a escenarios de disrupción son claves para reducir los tiempos de entrega y asegurar disponibilidad al menor costo posible”.

Guillermo Muñoz coincide en que la evolución tecnológica será decisiva: “El futuro de la cadena del frío estará marcado por una logística diversificada, más cercana a los puntos de venta, capaz de manejar productos de baja vida útil con alta frecuencia de distribución. Esa cercanía será clave para mantener frescura y eficiencia”.

A nivel internacional, la innovación también redefine los procesos. Las soluciones de Internet de las Cosas (IoT) permiten monitorear temperatura y humedad en tiempo real; los algoritmos de predicción de demanda ajustan inventarios con precisión quirúrgica; y los vehículos eléctricos refrigerados comienzan a abrirse paso como respuesta a los objetivos de sostenibilidad corporativa.

El estudio de Conagra Brands anticipa cinco ejes que seguirán marcando el rumbo del congelado:

  • Salud funcional, con productos ricos en proteínas, fibra y beneficios digestivos.
  • Indulgencia premium, basada en ingredientes gourmet y colaboraciones con chefs.
  • Diversidad global, que lleva sabores del mundo al freezer del hogar.
  • Practicidad y porciones controladas, adaptadas a hogares pequeños.
  • Sabor intenso y experiencias sensoriales, como el auge del picante y las combinaciones étnicas.

Cada una de estas tendencias no solo redefine lo que el consumidor busca, sino cómo la logística debe responder: mayor variedad, menores tiempos de entrega, precisión en la rotación de stock y una infraestructura que soporte el crecimiento sostenido de la categoría.

EL DESAFÍO DE UN MERCADO EN CRECIMIENTO

En tiempos en que la competitividad se mide en eficiencia, el desafío es combinar tecnología, cumplimiento normativo y sostenibilidad. “La adopción de nuevas tecnologías, junto con procesos operacionales robustos y eficientes, se convierte en un factor clave para combinar la eficiencia operacional con el cumplimiento de las normativas sanitarias”, señala Palacios.

Esta ecuación -eficiencia más control- ha dado lugar a una logística cada vez más inteligente. Sistemas automatizados de picking en cámaras de frío, software de ruteo inteligente, monitoreo satelital y digital twins permiten anticipar riesgos, reducir desperdicios y asegurar la continuidad operacional.

El futuro, según Palacios, pasará por una integración total: “Las tendencias de automatización, inteligencia artificial, flexibilidad y sinergias con socios estratégicos serán la punta de lanza para los nuevos desafíos logísticos. La omnicanalidad y la presencia en todos los puntos de demanda serán posibles solo para quienes adopten estas herramientas desde ahora”.

El crecimiento de la demanda exige nuevas capacidades de almacenamiento, flotas especializadas y sistemas de gestión avanzados. Las empresas que logren transformar estos retos en fortalezas marcarán la diferencia.

Hoy, el frío no solo conserva alimentos: conserva la confianza del consumidor. Cada producto que llega intacto a su destino es resultado de un engranaje complejo donde la tecnología, la planificación y la disciplina operativa trabajan al unísono.

El crecimiento del mercado no muestra señales de desaceleración. La categoría avanza impulsada por consumidores informados, por un retail que apuesta a la conveniencia y por una industria logística que se reinventa para sostener el ritmo.

“El futuro de la cadena de frío será de quienes comprendan que ya no basta con mantener la temperatura”, enfatiza el ejecutivo de Minuto Verde. “Hay que gestionar información, anticipar la demanda y adaptarse a los cambios con flexibilidad. Solo así se podrá garantizar que cada alimento llegue en tiempo, forma y con la calidad que el consumidor espera”, concluye Palacios.

Guillermo Muñoz complementa esa visión con una mirada estratégica: “La tendencia internacional es acercar las operaciones de producción a los puertos, para optimizar tiempos y aprovechar los recursos logísticos. En Chile, eso implica una planificación más estratégica de los centros de distribución y una digitalización creciente del cumplimiento”.

El congelado dejó de ser un producto de reserva para convertirse en un símbolo de modernidad. Detrás de su expansión, hay una red logística que se fortalece y evoluciona para sostenerlo.

Lo que hoy ocurre con esta categoría es más que una tendencia; es un espejo del cambio en nuestra forma de vivir, alimentarnos y consumir. Un cambio que encuentra en la logística del frío no solo su soporte, sino su motor.