La computación en la nube definitivamente ha ayudado en algo a nivelar la cancha entre las grandes empresas y las pymes de nuestro país. Ha democratizado el acceso a tecnología de vanguardia, a la oportunidad de innovar, de crecer y de crear nuevas fuentes de ingresos. La computación en la nube permite acceder a recursos de tecnología bajo demanda en un esquema de pago por uso. Ya no es necesario comprar y mantener su propia infraestructura.
Casi todos nos preguntamos ¿cómo seguimos después de la pandemia? Para empezar a responder esa pregunta, podemos comenzar mirando lo que está pasando en un extremo de la cadena de abastecimiento (los grandes centros productivos) y en el transporte desde los mismos, en donde los cambios drásticos en la demanda generaron escasez de ciertos productos alteraron numerosos planes de producción.