Desde mucho antes de la llegada de la pandemia, el crecimiento del comercio electrónico de bienes y servicios era una realidad creciente. De ello dan cuenta una serie de estudios y mediciones. Pero, producto del COVID-19, la explosión del e-commerce se hizo sentir con una fuerza a ratos desbordante. Esta realidad creciente y establecida ha impuesto desafíos de diversa naturaleza, como lo son, por ejemplo, los logísticos y aduaneros.
El proceso de distribución y transporte se ha convertido en el más crítico en la gestión y administración de las cadenas de abastecimiento, ya que no sólo sus costos son altamente representativos, sino que se estima que entre un 30% y un 60% de los costos totales de logística, está directamente involucrado con la relación que se tiene con los clientes.