Enfrentamos un escenario económico complejo. La inflación está impactando en el poder adquisitivo de los chilenos, lo que sumado al retraso de importaciones producto de la guerra entre Ucrania y Rusia, ha generado un cambio en las decisiones de consumo.
Hoy está de moda hablar de e-commerce, el espacio digital en donde muchas empresas oferentes de productos y servicios ponen sus esperanzas para revitalizar sus negocios. ¡Que duda cabe! El e-commerce contribuye a la eliminación de fronteras y, lógicamente, proporciona un espacio que hace 20 años era impensado para el engagement con diversos públicos de interés, principalmente por medio de la venta B2C. Además, se trata de un espacio virtual que si es efectivo suele ser más dinámico y, sobre todo, más democratizante. Esto porque distintos tipos de clientes pueden llegar por medio de su celular o computador a lugares especializados y segmentados, a nivel temático, de venta online.