El transporte de carga en Chile enfrenta una de sus crisis más complejas de los últimos años. Lo que antes era un riesgo operativo más dentro del negocio logístico, hoy se ha transformado en una amenaza sistemática que pone en jaque la seguridad de los conductores, la continuidad del servicio y la estabilidad de toda la cadena de suministro. La razón es tan inquietante como evidente: el crimen organizado ha puesto sus ojos en la industria del transporte.
La Inteligencia Artificial (IA) dejó de ser una promesa futurista para convertirse en una urgencia presente. Está reconfigurando industrias, redefiniendo empleos y transformando radicalmente la forma en que tomamos decisiones. Frente a este escenario, la pregunta no es si la IA llegará a Chile, porque ya está aquí, sino si estamos realmente preparados para enfrentar los desafíos que impone en eficiencia operativa y en la economía digital.