Como es sabido, la cadena de suministro global es un sistema frágil que consta de numerosos eslabones y la interrupción de uno de ellos puede generar un efecto dominó a lo largo de toda la cadena, golpeando la performance del mercado y la economía a nivel mundial. Esto es justamente lo que ocurrió tras el advenimiento de la pandemia de COVID-19, la que resultó ser un evento de tal magnitud que detuvo industrias y cadenas de suministro enteras o redujo severamente su eficiencia.
Todo indica que Chile enfrentará un escenario recesivo en 2023, el cual no estará exento de dificultades. Pero, no hay porqué naufragar al navegar en aguas turbulentas si la cadena de suministro logra ser más resiliente, visible y productiva.